El CEO de Apple, Tim Cook, ha revelado que es homosexual y que está «orgulloso» de ello en una declaración pública realizada en la publicación Bloomberg Businessweek.
El alto ejecutivo de Apple ha asegurado que nunca negó sus sexualidad pero que tampoco lo reconoció públicamente.
Cook explica en su artículo que muchos de sus compañeros de trabajo saben que es gay y que revelarlo públicamente ha sido difícil, pero considera que hacerlo puede servir para ayudar a los demás. Ser gay me ha dado una comprensión más profunda de lo que significa estar en la minoría y me ha proporcionado una ventana a los retos de las minorías“.
Sigo sin entender demasiado bien el orgullo que se desprende de la condición homosexual, me explico: No creo que ser homosexual, heterosexual, asexual, misógino, o fetichista deba ser motivo de orgullo alguno; el límite de la libertad sexual de cada uno, y nunca mejor dicho, está donde empieza la del vecino, y en el medio caben todas las variedades que supongan placer para el individuo o la pareja, y en la que ambos estén de acuerdo. Reivindicar un día para los homosexuales es una forma de discriminación, del mismo modo que sería destinar un día a los promiscuos, a los puteros o a los defensores de las sesiones de grupo. Me parece muy bien que el Sr. Cook sea gay; los productos de su empresa siguen siendo líderes en el mercado y además, me parecen excelentes y de buen gusto en cuanto al diseño, pero no estoy de acuerdo en que su condición de gay le haya proporcionado una compresión profunda de estar en las minorías. Otro tanto cabría decir de los alcohólicos, que sí saben perfectamente lo que es estar solos, de los rechazados socialmente por su físico o por su timidez y tantos otros casos que no necesariamente tienen su día de celebración anual, ni disponen de publicaciones especializadas, de establecimientos de hostelería para ellos, ni de barrios en los que la mayoría de los habitantes son de su condición. El Sr. Cook es homosexual; me parece muy bien, pero ello ni le da ni le quita puntos; mi respeto y admiración por su él y su empresa son los mismos que antes de conocer su condición, pero ésta tampoco le confiere especiales cualidades que merezcan ser celebradas.