Al igual que el día anterior, madrugábamos para llegar prontito al Timanfaya. Lo bueno de Lanzarote es que teniendo coche, recorres la isla perfectamente, ya que las distancias son relativamente cortas y las carreteras están muy bien indicadas. El horario del Parque Nacional de Timanfaya es de 9 a 19, siendo la última visita a las 18, y el precio son 8€. Nosotros usamos nuestro bono, ésta sería la última atracción que nos entraba, ya habíamos visitado las 4. El parque cuenta con mas de 25 volcanes, y las últimas erupciones se produjeron entre los años 1730 y 1736. Aún presenta actividad volcánica, encontrándose grandes puntos de calor en la superficie.
Después de dejar nuestro coche en el parking, nos acercamos a ver una demostración de los geiser. Vaya bote pegué, jajajaja
Luego nos fuimos subiendo al autobús, y cuando se llenó que fué en 5 minutos, empezamos con la visita guiada. Quedé completamente maravillada con ésto, no he visto unos paisajes que me hayan asombrado mas que los que ví allí, es espectacular. Parecíamos estar en otro planeta!!! Y casi al final del recorrido, que dura aproximadamente 1 hora, es donde se puede ver la boca del volcán.
Al salir del parque, encontramos una zona para montar a camello, y allí que fuimos, jejejejeDespués retomamos la marcha, hacia El Golfo. Nos detuvimos en las Salinas de Janubio para hacer unas fotillos. Son las salinas mas extensas de la isla. El contraste de los colores es precioso.
Y también nos detuvimos en Los Hervideros. Fueron creados por la erupción del Timanfaya, por el rápido enfriamiento de la lava al chocar con el agua. Ese fenómeno nos ha dejado unos paisajes increibles.
Ya por fin, llegamos a nuestro próximo destino, El Golfo. Es un pequeño pueblo pesquero que quedó rodeado de lava en las erupciones volcánicas de Timanfaya. A 100m se encuentra la Laguna de los Clicos, que es un antiguo crater volcánico, que ahora tiene agua y conecta con el mar por grietas subterraneas. Su color verde es debido a las algas que hay en el fondo. Nos volvimos al hotel porque era la hora de comer. Gran buffet también el de este hotel, todo bien rico y el personal muy amable. La tarde la pasamos de relax en la Playa de los Pocillos, cercana al hotel. Nos dimos un par de baños y paseamos por la orilla. Casi no había gente...