Jesse David Harris a través de vimeo comparte un video (Timeless Seagram - A Visual Tribute to the Icon of Park Avenue) dedicado a uno de los grandes íconos de la arquitectura en Nueva York, el edificio Seagram de Mies van der Rohe. Antes de ver el video, os dejo unos párrafos que hablan sobre este icono de la arquitectura:
"Joseph E. Seagram fue el hombre que fundo la corporación Seagram, una destilería que experimentó un crecimiento sustancial en la década de 1920 gracias al contrabando de alcohol durante el periodo en que estuvo en vigor la Ley Seca, entre 1920 y 1933.
Para finales de los años cincuenta, en el entorno empresarial de la costa este de EEUU estaban convencidos de que ‘MIES significa dinero’. Había conseguido un estilo arquitectónico que resultaba perfecto para los métodos, la organización y la ambición de las grandes empresas así que Joseph E. Seagram le hizo el encargo que estaba esperando en 1954: un gran rascacielos de oficinas forrado de vidrio.
Desde los primeros bocetos, Mies decide dar un giro radical al esquema básico que se estaba aplicando en la ciudad de Nueva York hasta ese momento. Decide desvincular el edificio del máximo aprovechamiento urbanístico que le concedía a la parcela la Ley de Zonificación de 1916.
Dichas ordenanzas solo permitían edificar el máximo de la altura en un 25% de la superficie total del solar, el resto debía de escalonarse para no impedir el soleamiento y la aireación de las calles circundantes. Este potencial está solo fraccionalmente realizado en el Seagram, en escalones relativamente bajos de 4 y 10 alturas hacia la parte trasera. Estos volúmenes bajos están sólo conectados a los tres vanos centrales de la torre (de un total de cinco). Así, desde Park Avenue, la torre parece perfectamente rectangular y exenta, con una larga y monumental plaza que se despliega delante y a su alrededor.
Si vas a Nueva York, realmente tienes que mirar a las marquesinas para saber donde estás. Ni si quiera puedes ver el edificio, sólo lo ves desde lejos. (Mies van der Rohe)
De esta manera, prescindiendo de los tan recurrentes retranqueos de los rascacielos de por aquel entonces, disminuye la cantidad de superficie bruta alquilable del edificio, a cambio de dotar al edificio de un nuevo carácter monumental que permitió elevar el prestigio del mismo. Y las rentas, por supuesto.
Además, Mies van der Rohe renunció a situar el edificio junto a la línea marcada por Park Avenue, canalizando el acceso al rascacielos a través de una solemne plaza franqueada por dos monumentales estanques idénticos, con fuentes y matas de hayas. De esta manera, al entrar en la plaza, se produce un interesante contraste entre el espacio vacío y el monumental edificio, que ve incrementada su escala aparente por este juego de volúmenes. El espacio abraza a los visitantes en el pavimento de granito rosa y los dirige suavemente hacia el interior de la torre.
Para la forma del edificio volvería a recurrir a una planta rectangular con una relación de 3 a 5 entre ambos lados, extruida y repetida treinta y ocho veces hasta los 157 metros de altura.
En cuanto al solar, está dividido en retículas de 3 metros cuadrados, 10 de ellas a lo largo por 7 a lo ancho, determinando en sus esquinas los emplazamientos de todos los pilares. Cada una de estas retículas está subdividida en 6 nuevas y más pequeñas retículas (de unos 40 centímetros cuadrados) que definen el espacio de las piedras del pavimento, los parteluces de bronce y casi todos los demás elementos que conforman y adornan el edificio.
Mi concepto y mi planteamiento a propósito del Seagram Building no diferían en nada de los otros edificios que tuve que construir. Mi idea o, más bien, la dirección en la que yo iba es la de un edificio y una estructura clara. Esto es válido no para tal o cual problema, sino para todos los problemas arquitectónicos que yo abordo. De hecho, soy totalmente contrario a la idea según la cual un edificio partícular debe tener un carácter individual; para mí es más bien un carácter universal el que debe ser determinado por el problema total que la arquitectura se esfuerza en resolver.
Para el Seagram Building, que debía ser realizado en Nueva York y que era el primer edificio de oficinas importante que tenía que construir, pedí dos tipos de consejos para el desarrollo de los planos. Me procuré los análisis inmobiliarios sobre el tipo de espacios de oficinas más solicitado por los arrendatarios y el reglamento de construcción de la ciudad de Nueva York. Una vez definida mi dirección y recogidas estas opiniones, ya no había más que trabajar duro.(Mies van der Rohe)
Cada detalle del edificio, desde los ascensores hasta las manillas de las puertas o los buzones de bronce, está diseñado con precisión y cuidado por el estudio de Mies van der Rohe. Sin embargo, los mayores esfuerzos se dirigieron al muro cortina y su estructura, especialmente en las esquinas.
El componente principal que aplicaría en el Seagram serían los perfiles en doble T, que no se ve en el edificio acabado ya que está oculta con una cubierta gruesa a prueba de fuego. Aplicada externamente al muro cortina como parteluces estrechamente espaciados enmarcando los paños de las ventanas y recorriendo toda la fachada, de lado a lado y de arriba abajo. De esta manera, Mies recurría para el revestimiento de la fachada de un rascacielos a un elemento estructural en bruto del siglo XIX.
En cuanto a las esquinas el arquitecto ideó un curioso sistema: en lugar de rodear las mismas con el muro, este último interrumpe su paso unos centímetros antes, remarcando de esta manera los vértices del rascacielos. Además así se le da a la fachada una apariencia de mayor grosor, remarcada por la presencia de los perfiles en doble T.El Seagram Building se separa de este amasijo, de este embotellamiento estereotipado de nuevos edificios sórdidos, producidos por una moda escandalosa, como si se tratara de un Rolls-Royce acompañado de una escolta de motoristas. Tiene ambiance en mayor medida aún que su elegante vecino, la Lever House. Enteramente visible desde tres lados y accesible a pie, crea espacio en lugar de consumirlo. El gesto de separarlo de los edificios circundantes ha sido el más audaz de su principal inventor. Mies van der Rohe; mediante un duro sacrificio en lo referente a la superficie alquilable de oficinas, ha logrado crear un efecto que no se obtiene más que cuando un grupo de edificios se colocan sobre un área más vasta que una manzana, como en el Rockefeller Center.(Lewis Mumford)
Un detalle más: fue el propio arquitecto quien diseño las persianas de manera que solo tuvieran tres posiciones posibles. Con este pequeño truco Mies evitaba el caos y la desorganización que provocaría una enorme superficie de persianas en manos de los usuarios, que tenderían a subirlas o bajarlas como mejor les pareciese.
Exquisitamente proporcionado, el Seagram Building, junto a su propia plaza en Park Avenue, es una estructura finita, resulta fácil imaginar sus lineas, tanto verticales como horizontales, que se alargan hasta el infinito. Y, en este sentido, el estilo arquitectónico de Mies van der Rohe era una búsqueda lógica e inexorable de la perfección, del infinito y de la auténtica arquitectura minimalista.
No nació para convertirse en el rascacielos más alto del mundo, pero la obra de Mies vino a indicarnos por donde debía de continuarse en el camino hacia la conquista del cielo mediante gigantescas torres. Deberían desecharse los pesados y esculturales rascacielos retranqueados, como el Empire State o el Chrysler Building, para comenzar a construir las nuevas, ligeras y estilizadas torres de acero y cristal, sin excesivos y recargados adornos ornamentales.
Además, está claro que es lo que las empresas y los promotores querían. Solo hace falta fijarse en cualquier ciudad moderna, poblada de replicas del precursor Seagram. Líneas simples y continuas, acero, cristal, lujo y espacio".(javieraisa.com)