No recuerdo por qué lo instalé. No sé si me sentía sola, aburrida, con ganas, con hambre, no sé. Pero no entraré en esa introducción a detalle aburrida para explicar mis acciones.
Hice match con 1 chico y 2 chicas. Elegí a una de ellas porque me parecía mas seguro conocer a una chica, si quería hacerme algo malo, tal vez podía igualarla en fuerza, no?¿
Nos encontramos en un bar llamado the rabbit, en Nueva York. Claro que tuve que googlearlo mientras robaba internet de un starbucks porque no tenía idea de cómo llegar.
Jessica me había dicho que trabajaba como marketera de Hugo Boss y viajaba de cuando en cuando a Nueva York. Yo andaba llevando un curso de barismo que ya estaba por terminar y nunca sentí haber dominado.
Entré al bar y en definitiva estaba lleno de hispanohablantes, sobretodo portorriqueñas. Ella me reconoció primero.
Ah! lo olvidé, una amiga iba conmigo. Probablemente recién la recuerdo porque en ésta anécdota ella estaba un poco de decoración, pero claro, soporte emocional para los nervios de ese encuentro.
Rápidamente nos juntamos a su grupo y yo estaba cómoda, actuando como un ser sociable, tomando un trago a promoción ($1 !!) que era una especie de tequila con naranja y limón químico que me dejó doliendo la traquea durante 4 días después de eso. Nunca supe qué me dieron realmente. Pero era barato y eso me hacía feliz.
Percibí desinterés de su parte y empecé a conversar en ingles con una chica llena de rulos, de nariz algo punteaguda pero linda, de Israel. Mi amiga sentada en la barra, oponiéndose a la idea de intentar comunicarse en ingles y con pocas ganas de hablar en español o existir en general.
La israelí era muy carismática, o al menos es lo que recuerdo de esa noche. Yo me sentía entretenida y a gusto pero al voltear a ver a mi amiga, veo a un ente en la barra, casi inerte y hasta infeliz. Y cometí el error de acercarme porque insistió en que ya nos fuéramos de ese bar. A lo que yo me negué rotundamente. (Debo hacer una pausa para comentar que ésta amiga mía, en tragos es algo agresiva y le gusta expresarlo con una cachetada a quien la rete o vaya en contra de su voluntad) Al yo saber que negarme significaba un gran riesgo de éste tipo, por primera vez preparé mi mano para la devolución y así fue, ella me dio con la derecha y yo con la mía CASI A LA VEZ le di una cachetada igual o más fuerte, mostrando que también puedo ser alfa, que ésta vez no acataría. Pues santo remedio y se quedo molesta pero tranquila en la misma barra. La buena noticia es que todo pasó tan rápido que podría apostar que nadie notó ese evento. De lo contrario probablemente nos hubieran sacado del lugar.
Regresé a mi posición inicial, con la israelí, y Jessica le empezó a tomar importancia a mi presencia, se acercó y me hizo una seña para que la siguiera al baño. (Normalmente no me hubiera atrevido a seguir a nadie, pero ya estaba empoderada luego de esa cachetada) Cuando la seguí me tomó por sorpresa en el pasillo de los baños y me besó. Luego me propuso irnos a otra fiesta, «con tu amiga claro». Así que me acerqué a mi costal de papas e insistí en que dejemos las asperezas y disfrutemos la noche.
Fuimos a un bar de cerveza artesanal al aire libre, Jessica invitó las cervezas y nos habló de su novia en México. También nos invitó a ir de visita alguna vez. Seguimos bebiendo y luego no recuerdo más, solo un poco de subir a un ascensor amplio y antiguo y usar un polo naranja y un pantalón de dormir que Jessica me prestó. Al día siguiente desperté y me asomé por una ventana enorme y una vista alucinante, estaba en Wall Street.
Me cambié, desperté a mi amiga que dormía muy mal doblada en el sofá de la sala y Jessica nos entregó un par de Gatorades.
Salimos las tres por el ascensor.
Jessica a trabajar
Nosotras a tocarle los huevos al toro