Foto: Archivo
Cerca de 1 millón 600 mil funcionarios públicos estadounidenses tienen más de un mes sin cobrar sus salarios. La mitad de ese universo está en muy alto riesgo de perder sus puestos de trabajo. Y este peligro —cuyas víctimas son personas que ejercen diversas ocupaciones, como empleados postales, oficinas federales y ministerios, militares, controladores aéreos, etcétera.—, afecta de forma directa a aproximadamente 4 millones de almas, integrantes de las familias de quienes en están en las nóminas dependientes del presupuesto nacional.
Y aunque no es la primera vez que en Estados Unidos se da eso que llaman “cierre presupuestario”, en esta oportunidad (hasta la fecha, la más ocurrió entre 2018-2019, durante el primer gobierno de Donald Trump cuando duró 35 días), está aderezado por la creciente polarización existente tanto en la sociedad estadounidense como entre las posturas de los dirigentes de los partidos Demócrata y Republicano.
En esta especie de autobloqueo, que refleja la decadencia institucional imperial, los demócratas se han atrincherado en defensa de los subsidios en el campo de la salud. En tanto que los republicanos insisten en recortar miles de millones de dólares en todo lo que suene a inversión social. No hay que olvidar, por ejemplo, la obsesión de Trump y sus acólitos conservadores en eliminar la Secretaría (Ministerio) de Educación.
Hace siete años, una traba similar le generó a la economía estadounidense una pérdida de aproximadamente 3 mil millones de dólares, y afectó directamente a unos 800 mil trabajadores. Hoy, se estima que, debido al cierre presupuestario en curso, el producto interno bruto (PIB) de aquella nación podría perder directamente entre 7 mil millones y 14 mil millones de dólares.
Adicionalmente, Estados Unidos tiene sobre sus espaldas otra dificultad nada nimia, como lo es el crecimiento constante de su deuda pública, estimada a la fecha en unos 37 mil millardos de dólares. Y esta representa casi 124 % del PIB, es decir, de los bienes y servicios generados en su economía. Se calcula que la deuda del sector público crece a un ritmo de mil millardos de dólares cada cinco meses.
Sin embargo, la mente negacionista de Trump obvia todo eso y gasta entre 15 millones y 20 millones de dólares diarios para volar peñeros y asesinar gente humilde en el Caribe.
Alfredo Carquez Saavedra
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