Portada española del tomo integral recopilatorio
Revisitar un clásico es tarea ardua, más aún si pretendes llevarlo a tu propio terreno. Tomártelo demasiado a broma, o demasiado en serio, puede hacer que te salga el tiro por la culata, y si no que se lo digan a Tim Burton, quien debería empezar a plantearse volver a tener ideas originales. Sin embargo, una vez cada siglo, cuando los planetas se alinean, puede suceder lo imprevisible.
Más polvo de hadas, a un click.
Sucede que Loisel, genial maestro de la ilustración francés, jugó magistralmente sus cartas en su día. Y, aunque al ritmo exasperantemente lento característico del cómic europeo, nos brindó una precuela del cuento clásico Peter Pan totalmente alejado de lo que estábamos acostumbrados, pero sin perder la esencia misma del celebérrimo personaje.
Ya de por sí resulta impresionante ser testigo de su visión de Londres, donde transcurre parte de la trama, intercalando incluso una pequeña subtrama donde se incluía al destripador anglosajón más famoso de todos los tiempos. Paisajes grises, lluviosos, con callejones malolientes, en contrapartida a hogares y tabernas increíblemente cálidas y confortables.
Una pequeña muestra del arte interior
No obstante, es en Nunca Jamás donde se luce como nadie. Paisajes de ensueño que acompañan una historia maestralmente tejida, repletos de matices y particularidades, resulta muy difícil no ver cómo pasa el tiempo y tu mirada sigue atrapada en la misma viñeta.
Igualmente, los diseños de los personajes son brillantes como nunca. Con un estilo de dibujo a caballo entre el cartoon y el realismo, las mujeres de Loisel son voluptuosas, tienen carne en el cuerpo, y a quien pasa hambre se le notan las costillas como colmillos mortuorios. Dentro de cada raza de seres fantásticos es capaz de trazar individuos que reconoces con facilidad, pues no por ser un duende has de ser un calco de toda una raza.
Boceto a lápiz de Campanilla
No quisiera dar detalles de la trama más allá de que se trata de una precuela de Peter Pan en la que el Capitán Garfio todavía conserva ambas manos, pues la lectura del tomo, ahora por fin recopilado en un integral a manos de Glènat, resulta una auténtica delicia tanto a iniciados como novatos.
Que no os asuste el precio de este integral (sobre los 50€), vale hasta el último céntimo. Y si seguís escépticos ante el desembolso que se os viene encima, echad un ojo a los diseños e ilustraciones extras, no os lo podéis perder.