Tinta Secuencial (20): Peatones, dibujando una sitcom

 Portada española del tomo recopilatorio
El género popularmente conocido como sitcom, o comedia de situación, siempre ha sido más propio del ámbito de la televisión, teniendo su gran base en la más que magnífica serie Friends, y habiendo recogido el testigo otros grandes exponentes como son Cómo conocí a vuestra madre y The Big BangTheory. Ahora le toca el turno a las viñetas, y el resultado es mucho más familiar de lo que cabría imaginar.
Peatones narra la historia, a través de pequeños capítulos, al principio auto conclusivos y al final correlacionados por un hilo argumental común, de dos amigos, sus vivencias, sus amoríos y sus jolgorios, palabra que me gusta mucho pronunciar pero pocas ocasiones tengo de utilizar.
A priori, la estructura narrativa es muy similar a la de cualquier capítulo de veinte minutos de duración, mas hay que tener en cuenta que los lenguajes televisivos y del cómic son, en aspectos vitales, muy dispares entre sí.
 Muestra del arte interiorEs aquí donde reside el mayor peligro de trasladar un género a otro medio, y es por la labor de sus autores que se les ha de felicitar, pues saben aprovechar los puntos fuertes y las carencias del tebeo para llevar de la mano al lector cómodamente, prácticamente empujando su butaca para que no se moleste, de un lado a otro de la acción.
Acompaña a la historia un dibujo de trazo irregular, donde se ven errores de novato y fondos, generalmente, poco trabajados. Sin embargo, estas mismas debilidades del arte interior han sido también aprovechadas en pro de la historia contada, convirtiendo la mano del aficionado novel en el mejor recurso gráfico posible.
Este proceder espontáneo, casi familiar, pues podemos reconocer trabajos similares en aquellos conocidos que tengamos y que sean también aficionados al dibujo, acerca realmente al espectador, ayudándolo a empatizar con la sucesión de despropósitos cómicos que se van sucediendo.
 Detalle de una página interior
El precio puede echar bastante para atrás de cara al comprador ocasional, pues casi 20€ por un tomo más bien fino, por mucho color que tenga, no deja de ser un gasto respetable. Es por ello que aprovecho para recomendar tomar este riesgo.
Se trata de una obra ligera y entrañable. Sinceramente, me parece el tipo de cómic que me gustaría leer cuando estoy indispuesto para animarme. Así que, ya sabéis, si tenéis algún colega internado en el hospital por esa molesta apendicitis, o tumbado en la cama de su casa por un catarro de tres pares de narices, y no sabéis qué demonios llevarle para ayudar a su recuperación, aquí tenéis una buena opción.