Revista Cultura y Ocio

Tinta Secuencial (31): Reencuentro, el patetismo ilustrado

Publicado el 15 marzo 2012 por Ruta42 @ruta42

Tinta Secuencial (31): Reencuentro, el patetismo ilustrado

Portada española del tomo recopilatorio

El cómic canadiense es un gran desconocido para el gran público, a pesar de que grandes obras cinematográficas (como Scott Pilgrim contra el mundo) estén basadas en un producto de Canadá. Sin embargo, la obra que ocupa el presente artículo no es de esos que deban destacarse. Ni como tebeo canuck, ni como tebeo indie, ni como nada. 

Reencuentro narra la historia de Pascal Girard, aunque en ningún momento se especifica el grado de autobiografía que hay en el mismo, al enterarse de que ha sido citado a una reunión de antiguos alumnos del instituto, obsesionándose completamente con banalidades como si era popular o no, o si aquella chica tan mona se fijará de una vez por todas.

Tinta Secuencial (31): Reencuentro, el patetismo ilustrado

Muestra del arte interior

Esta fijación esperpéntica con una compañera de aula a la que hace años que no ve se torna todavía más inverosímil al descubrir que el triste dibujante está saliendo, a veces parece que hasta conviviendo, con una alegre muchacha casi diez años más joven que él.

A esta historia patética se le suma un dibujo igualmente paupérrimo, donde los fondos brillan por su ausencia, y donde toda la narración está basada en paneles de nueve viñetas de tamaño idéntico, con la peculiaridad de que no existen calles que las separen en el papel, únicamente el dibujo acaba en un punto y se retoma cuando la acción salta al siguiente panel.

Los trazos irregulares, los diseños muy poco inspirados, y un ritmo narrativo soporífero no hacen sino mermar la poca opinión que se pueda tener al respecto. Intenta hacer que el lector se identifique con su protagonista, cuando lo único que logra es desesperarlo a más no poder.

Tinta Secuencial (31): Reencuentro, el patetismo ilustrado

Detalle de una página interior

Y es que, cuando cuestiones cada acción que toma un personaje, especialmente debido a su estupidez o sinsentido, significa que algo va mal, uno de los engranajes (o varios) que hacen funcionar una historia no funciona, está desengrasado o, directamente, lo han robado porque era de cobre.

Todo el conjunto en si es una historia que no cuenta nada importante, y que no le importa tampoco a nadie. Es todo tan anodino que se convierte en un medio totalmente eficaz contra el insomnio. De hecho, malgastar tantas palabras sólo para poner de vuelta y media esta novela gráfica es un esfuerzo en vano.

 


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