Portada original
El sexo es algo vital e indispensable para la vida, y quien se atreva a negarlo, desconoce los principios más básicos de la reproducción y la perpetuación de la especie. Pero fuera de esta concepción reproductiva de la sexualidad, también subyace un contexto de placer, confianza y afectividad. Siendo algo tan común, y que tanta gente practica (o ansía hacerlo), resulta paradójico que se haya convertido en tabú, y sorprenden gratamente aquellas historias que no hacen uso del sexo de una manera zafia y vulgar para atraer clientes hormonados.
Comedia sentimental pornográfica es una curiosa novela gráfica canadiense en la que el sexo es trasfondo que une todas las tramas de los variopintos personajes que se van sucediendo. No es tanto una historia sexual como una historia unificada a través del sexo: amoríos acabados, antiguos compañeros de catre, amores platónicos, y un largo etcétera.
Igualmente representa una severa crítica a la sociedad de consumo actual y toda una proclama por la naturalización del coito. Uno de los personajes más importantes de la trama consigue una fortuna gracias a la realización de lo que él mismo denomina un bodrio de película taquillera de esas que azotan la cartelera de verano.
Muestra del arte interior
Así pues, a través de él se suceden las distintas tropelías de los demás, relatando el sexo como una parte totalmente natural de una relación de pareja, como objeto de deseo de los solteros y como simple y maravilloso encuentro de dos cuerpos que se desean, sin representar nunca planos descaradamente explícitos que únicamente buscan la polémica de lo prohibido.
Toda esta historia mundana, pero cargada de significado, viene acompañado de un dibujo tremendamente personal, y no debe entenderse este adjetivo como eufemismo de “mal dibujante”, pues no intento vender nada con este texto; sino como sinónimo de “distinto” y “peculiar”.
Los trazos son sueltos y rápidos, apenas modula la línea con la que construye los contornos, a veces perdiendo las proporciones, mas siempre dotando de una gran expresividad a cada figura que dibuja. Un vistazo rápido haría pensar que cualquier puede ser dibujante de cómics (o de novelas gráficas, como gustan de etiquetar a estas obras), sin embargo, una mirada más atenta revela que hay toda una suerte de detalles que diferencian al dibujante del garabato.
Muestra del arte interior
El coloreado se intercala según escenas, personajes o trama, quedando cada página entonada en la paleta de colores que mejor ambientará aquello que se vaya a leer. Si esto de por sí ya es todo un acierto, el hecho de que se intercalen páginas coloreadas con manchas de acuarela junto a otras que parecen haber sido coloreadas con lápices de madera convierte el conjunto de la obra en un proyecto personal y manufacturado lleno de encanto.
Esta es la principal diferencia para con el mercado estadounidense o japonés, y es que el autor es el artista, ganando el personalidad y demostrando que el modelo de mercado europeo, aunque caro, siempre es brillante.
Carcayú
Hola, soy Borja Prieto, y soy una bellísima persona, como Ramón Langa.