MARÍA ALEJANDRA CASTILLO
Algunos pudieran dudar de lo que ha venido diciendo el Presidente de la República Nicolás Maduro, en torno a los intereses desenfrenados de la nueva Asamblea Nacional con empresarios, grupos de poder, transnacionales, ONG financiadas por el Gobierno Norteamericano y la estrecha relación entre esta Asamblea Nacional con los asesinos del pasado año 2014 y el plan macabro “La Salida”. Para quienes vivimos ese oscuro episodio de la historia política venezolana, sabemos que los actores intelectuales y materiales deben estar en la cárcel.
Unos aún conspiran contra el gobierno y su propio país, otros deambulan por las calles en su afán de generar caos y zozobra y algunos apuestan a una Ley de Amnistía para sacar de la cárcel a los pocos que les llegó la justicia venezolana. Y esto intenta pasar, porque en la nueva Asamblea Nacional, están la mayoría de los que lideraron los hechos violentos en Mérida, sino, preguntemos a Gaby Arellano, William Dávila, Alexis Paparoni, Carlos Paparoni, Milagros Valero, que opinión tienen del asesinato de cuarenta y tres (43) Venezolanos.
No quisiera yo, tener que escuchar a la inmoral de Tintori, presentándole al país una Ley de Amnistía para sacar de la cárcel a su asesino y de ahí para abajo cualquiera que se haya autodenominado “preso político”; me daría dolor saber, que mientras Tintori, vestida de blanco va a la Asamblea Nacional, hay quienes todavía guardan luto a sus seres queridos que murieron en manos de grupos fascistas por la derecha más extrema de este país; no quisiera ver a quien ha recorrido el mundo entero con sonrisas y cenas diplomáticas para difundir su mentira y manipulación y por otro lado, los que esperan con lagrimas en los ojos, para que, en este país donde toda conspiración es posible, se termine haciendo justicia.
Tal vez, en una Asamblea Nacional tan llena de miseria, Tintori sea proclamada como embajadora de los Derechos Humanos (DDHH) en el mundo y el monstro de Ramo Verde nominado a Premio Nobel de la Paz, y tal vez, quiera la nueva Asamblea Nacional que los familiares de Gisella Rubiliar, Doris Lobo, Miguel Parra y Castiblanco, merideños asesinados en las Guarimbas terminen pidiéndole perdón a Leopoldo López, por haber estado en el momento y espacio equivocado.
Pudiera, la clásica Asamblea Nacional (Adeco–Burguesa) darle rango constitucional a la Guarimba y al fascismo en este país y los derechos humanos de todos terminen siendo el privilegio de pocos. Tal vez, quiera Tintori, que llegue el día en que familias enteras secuestradas durante tres meses, nuestros hijos que no pudieron ir a clase, Policías y Guardias Nacionales heridos terminemos encarcelados, porque vivimos en el tiempo equivocado, en el tiempo donde debemos perdonar a quienes asesinan en nombre de la” Libertad y la Democracia”.
A los familiares de las asesinados, aquí estamos los que no olvidamos su muerte y ¿Quien los asesino?, con movilización en la calle y con todo el derecho de recordar la historia reciente, aquí seguimos, los que sabemos que ninguna Ley podrá resucitar a los que murieron en manos de los cobardes, de los que se pusieron capucha, de los que se armaron ante un pueblo noble, de los que irrespetaron la Constitución. Aquí seguimos, los que pedimos justicia en nombre de la vida, de la Paz y de nuestro país, Venezuela.
María Alejandra Castillo Ramírez.
Delegada al III Congreso PSUV.