Seguro que alguna vez se os ha roto una uña y habéis pensado que cortarla era la única solución, pues no, podemos arreglarla de una manera muy sencilla sin usar productos profesionales, sino con cosas que solemos tener por casa. Vamos a necesitar pegamento para tips o superglue en su defecto, un palito de naranjo, un lápiz, una bolsita de té y esmalte transparente.
Lo primero es eliminar el esmalte que podamos tener de manera que nuestra uña quede completamente limpia como veis en la imagen número 2. Luego, ponemos una gotita de pegamento en el palito de naranjo y la aplicamos justo en la rotura haciendo presión con el palito para que se pegue.
Una vez hecho esto, si quisiéramos podríamos poner una capa de gel y secarlo en una lámpara UV, pero como quiero explicar una forma casera, lo que vamos a hacer es vaciar la bolsita de té, abrirla como os muestro en la figura 6 y ponerla sobre la uña rota. Con un lápiz dibujamos el contorno sobre la bolsita y lo recortamos.
Ahora damos una capa de esmalte transparente sobre nuestra uña y con cuidado ajustamos el patrón que hemos recortado sobre la uña.
Dejamos que seque y recortamos el papel que nos sobre de la punta de la uña. Para terminar, damos una capa de esmalte por encima para dejar una textura suave. Una vez seco podemos dar color a nuestra uña como normalmente.
De esta forma lo que conseguimos es dar tiempo a la uña para crecer, evitando que se enganche y pasando más desapercibida. Para quitarlo, simplemente tenemos que desmaquillar nuestras uñas con quitaesmalte.
¿Lo habéis probado? ¿Qué os ha parecido?