Por Manuel Gross
Un breve resumen de la tipología organizacional propuesta por Neilson y Pasternak en su libro “Results: Keep what’s good, fix what’s wrong, and unlock great Performance” (“Resultados: Mantener lo que está bien, arreglar lo que está mal y propiciar un gran desempeño”), donde describen a cuatro organizaciones enfermas” (con sus respectivos remedios) y tres organizaciones “sanas”.
Cuatro tipos de organizaciones enfermas
1. Pasiva-agresiva
Es una organización con alto nivel de actividad y actitud positiva. Arribar a consensos para hacer cambios fundamentales no representa un problema serio. Sin embargo, implementar los cambios es una tarea casi imposible.
Remedios:
- Convocar nuevas personas, “sangre nueva”.
- Trabajar en forma conjunta la mejora de los cuatro ladrillos del ADN: derechos para la toma de decisiones, información, motivaciones y estructura.
2. Descoordinada
Es una organización que rebosa de capacidad intelectual e iniciativa: cuenta con gente inteligente con claro perfil emprendedor pero que -con frecuencia- no empuja en la misma dirección ni tampoco lo hace al mismo tiempo. Se disfruta de un ambiente sin limitaciones, en el que se puede adoptar una idea y hacerla funcionar. Pero, debido a la ausencia de una dirección firme “desde arriba” y a la falta de una base sólida de valores comunes “por debajo”, las iniciativas chocan o simplemente se van esfumando. El resultado es por tanto una organización excesivamente amplia, siempre al borde de perder el control.
Remedios:
- Conseguir que los ejecutivos decidan, más que presidan.
- Recompensar el esfuerzo colectivo.
3. Sobre-expandida
Es una organización que está literalmente rebasando su capacidad, porque se ha expandido más allá de su modelo organizativo original. Dado que el poder está demasiado reservado a las capas superiores, la organización tiende a reaccionar lentamente a los desarrollos del mercado y, con frecuencia, no puede modificar su manera de funcionamiento habitual. El legado de una dirección y de una modalidad de toma de decisiones “arriba-abajo” están sumamente arraigados.
Remedios:
- Promover la iniciativa de los emprendedores.
- Profesionalizar el modelo de management.
- Cultivar el liderazgo en todos los niveles.
4. Sobre-gestionada
Agobiada por múltiples niveles de gestión, esta organización es un estudio de casos de “parálisis por análisis”. Está más preocupada por “los árboles que por el bosque”, y los managers invierten el tiempo en supervisar el trabajo de los subordinados en lugar de visualizar el horizonte para poder detectar oportunidades o amenazas. A menudo muy burocrática y muy política, esta organización frustra a las personas emprendedoras y a las personas que están orientadas a resultados.
Remedios:
- Aplanar la organización.
- Delegar los derechos para la toma de decisiones en forma explícita.
- Ofrecer más información para ganar confianza.
- Promover líderes en todos los niveles.
Tres tipos de organizaciones saludables
5. Justo a tiempo
Aunque no siempre es proactiva ni tampoco se prepara para el cambio, este tipo de organización ha demostrado la capacidad de superar obstáculos cuando es necesario hacerlo sin perder de vista el panorama global. Tiene una actitud dinámica e inspira un impulso creador, que con frecuencia son verdaderos adelantos, pero también puede llegar a agotar a las mentes más lúcidas. Por la falta de estructuras y procesos consistentes y disciplinados, los éxitos de esta organización son solamente “puntuales”.
6. Precisión militar
En esta organización cada persona sabe cuál es su función y la lleva a cabo con diligencia, logrando por tanto una ejecución general fluida y consistente. Es jerárquica y funciona bajo un modelo de administración de alto control que permite ejecutar grandes volúmenes de transacciones con eficacia. Puede concebir y ejecutar estrategias brillantes- a menudo repetidas veces- porque ha instruido a la organización y su funcionamiento se basa en el manual.
7. Resiliente
Esta organización inspira respeto y envidia porque parece lograr todo con facilidad: ganancias, talento, respeto. Parece destinada a algo grande y funciona “a todo vapor”. La organización es flexible y divertida. Si bien se puede dar “un golpe en el camino” —tal como le pasa a todas las compañías— la organización se recupera rápidamente y aprende de la experiencia. Tiene el perfil más “sano”, precisamente porque no se “duerme en los laureles” sino que siempre está buscando la próxima batalla competitiva o una innovación del mercado.
Fuente: Comunidad de Pensamiento Imaginactivo
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