Revista Viajes

Tipos de carreteras para tipos de cicloturistas

Por Rafael @merkabici

Ya verás, haz una prueba. Consiste en que te fijes en el terreno preferido de cada cicloturista, en la superficie o carretera donde se encuentra más tranquilo. Y a partir de eso verás cómo puedes conseguir saber algo más sobre su personalidad. Te prometo que funciona. Allá van algunos ejemplos.

Carretera bien asfaltada, con amplias rectas y de vez en cuando alguna subida de un par de kilómetros, arcenes anchos y, en general, sensación de que se puede rodar muy rápido. Eres un cicloturista super preparado, uno de esos que van a la Quebrantahuesos a acabar en tiempos de oro, y quieres tener siempre controlado hasta el último punto de tu entrenamiento diario. Por eso ruedas siempre solo, concentrado y acoplado en tu máquina, cambiando de postura solamente para hacer alguna serie. Claro que si adoras estas carreteras también puedes ser exactamente lo contrario, el clásico cicloturista muy pasado de peso que no quiere renunciar a los placeres de la carne (de la carne en el cocido, se entiende) por salir a andar en bici, y que las montañas le gustan solamente para ir a comer los fines de semana. Uno de esos que todos en la grupeta os pegáis por ir a su rueda (si, os veo) porque es un paravientos perfecto. Es la paradoja de la carretera bien asfaltada, que alberga a estos dos personajes tan antagónicos.

Asfalto y subidas

Asfalto y subidas

Carretera con mal asfalto y continuos repechos cortitos, con cambios de ritmo y un poco de vegetación en las cunetas. Eres un cicloturista alto y ancho, fuerte sin llegar a estar pasado de peso. Te encantan las clásicas de primavera (de hecho, no entiendes que haya alguien a quien no le encanten) y te vuelves loco por correr a toda velocidad en los caminos que comunican las granjas de tu zona. Siempre vas acoplado a tu bici, pero con las manos sobre la parte superior del manillar. Imitar la postura de Roger De Vlaeminck (qué elegante era, el maldito) es tu mayor sueño sobre la bici, y o descompones jamás tu gesto en los repechos cortos. Eso sí, cuando pasan de un par de kilómetros empiezas a congestionarte y a ver chiribitas.

Carretera de montaña, estrecha y entre peñas. Eres un cicloturista de tez cetrina y carnes chupadas, apenas hay un gramo de grasa sobre tus piernas y brazos, y tus amigos te dicen en ocasiones que tampoco hay nada de carne, hasta el punto que incluso piensas si no te estarás pasando. Pero cuando llega el sábado y ves el primer puerto, te pones en cabeza de la grupeta e impones tu ritmo hasta la cima sin nadie que te siga, te dices a ti mismo que todo merece la pena.

Ciclismo urbano, claro

Ciclismo urbano, claro

Asfalto y aceras. Llevas gafas de pasta, pantalones cortos y te encantan las fixies. La verdad es que no montabas en bici hasta hace un año, pero igual hasta algún día te animas a salir con esos tipos tan raros que llevan ropas ajustadas de colorines. Hasta entonces la bici te sirve para ir de cervezas con los amigos.


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