Revista Salud y Bienestar

Tipos de contención a pacientes agitados

Por Enfermeria Real Enfermeria Real @enfermeriareal

La contención se define como la capacidad para que el paciente se mantenga dentro de unos parámetros de conducta adecuados, evitando situaciones de peligro para el mismo o el entorno. Hay tres tipos de contención: verbal, química y física.

La contención es una estrategia para evitar alteraciones conductuales graves y lesiones en personas con alteraciones mentales. Por ello, solo se contendrá al paciente cuando no se consiga disminuir su ansiedad ante una situación de peligro irreal, cuando no se logren reducir los niveles de agresividad o cuando ante una alteración psicomotriz , no se pueda atajarla o reducirla.

Los mecanismos para reducir este peligro potencial para el paciente o su entorno pueden ir desde la utilización de la relación de ayuda, a través de la palabra, hasta la utilización de psicofármacos o correas de sujeción mecánica.

Tipos de contención

Contención verbal

El primer mecanismo de contención debe ser la comunicación. En muchas ocasiones, una correcta gestión de las situaciones conflictivas a través de la relación de ayuda consigue reconducirlas.

Para conseguir gestionar adecuadamente estas situaciones es preciso detectarlas a tiempo. Cuando un paciente empieza a inquietarse, se pueden percibir conductas que suelen conducir a agresividad o agitación psicomotriz como tensión muscular o incrementar el tono de voz, gritando o insultando.

La contención verbal debe pretender que el individuo exprese su situación y malestar y vea el apoyo que se le presta desde su entorno. En determinadas circunstancias, la contención verbal puede utilizarse a través de órdenes claras y contundentes, aportando seguridad al paciente en el hecho que se le afirma qué debe hacer de forma clara.

Ante una situación de extrema agresividad en pacientes psicóticos, las normas de seguridad pueden aconsejar no utilizar esta estrategia.

Contención química

La contención química o psicofarmacológica es la prescripción y administración de fármacos con la finalidad de reducir la sintomatología que puede producir lesiones en el paciente o en su entorno.

La prescripción de estos fármacos, a cargo del médico o psiquiatra, se debe tener presente en cuanto a su administración y control de efectos adversos. En ocasiones existen dificultades por la negación del paciente y la enfermera debe utilizar sus dotes relacionales para conseguir administrar la medicación de forma consentida por el paciente.

Los principales fármacos usados son los derivados de las benzodiazepinas y neurolépticos, como la clorpromacina, levopromaicina, haloperidol, cloraceptao dipotásico, diazepam, risperidona, etc.

Contención física

Es una medida de urgencia a la cual solo se debe recurrir en determinadas ocasiones. Cuando se recurre a este recurso es que han fracasado las otras medidas de contención o que, por el nivel de alteración o agresividad, se utiliza de forma directa por el peligro que conlleva.

La contención física o mecánica debe ir siempre acompañada de contención verbal y psicofarmacológica.

Se llama contención física puesto que en niños con alteraciones conductuales, la contención se puede llevar a cabo usando el cuerpo y la fuerza. Esta puede ser una medida que le tranquilice, aunque en un adulto puede ser más díficil.

La otra estratégia de contención física es la mecánica, a través de correas de sujeción. Para su aplicación hay que:

  • actuar con conocimiento de causa
  • actuar con humanidad y respeto
  • asumir la responsabilidad y tomar la decisión adecuada
  • explicar al paciente las razones de la medida

Esta medida, a pesar de que se puede considerar un fracaso en la relación terapéutica, puede ayudar al regreso de la calma relativa, al restablecimiento de límites y a conseguir la seguridad del paciente y de su entorno.

Recomendaciones

  • serán necesarias cinco personas, cuatro inmovilizan y una supervisa y ordena. Hay que tener cuidado con la cabeza y posibles mordiscos.
  • en un paciente colaborador se le puede pedir que acepte la contención física voluntariamente.
  • no regatear, una vez se tome la decisión hay que llevarla a cabo.
  • nunca dejar sola a una persona con contención con la habitación abierta y accesible para otros pacientes.
  • revisar la contención cada 15 minutos.

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