Conocer los diferentes tipos de pensamiento que existen nos ayuda a comprendernos mejor, advirtiendo que lo que pensamos influye en cómo vivimos cada una de las situaciones por las que pasamos, cómo nos emocionamos y sentimos.
Cuántas veces nos vemos enfrascados en nuestros propios pensamientos, desarrollando ideas, imaginando situaciones, cuestionando nuestra conducta o incluso criticando el comportamiento de los demás. El pensamiento tiene un gran poder ya que a través de él tomamos decisiones y generamos conductas.
El razonamiento o pensamiento es mucho más complejo de lo que habíamos imaginado, los expertos entienden que hay diferentes tipos de pensamiento dependiendo de cómo se van desarrollando. Aunque es un proceso cognitivo básico por el cual aplicamos nuestros conocimientos, está influido por nuestros valores, temperamento, educación y experiencias vividas.
En nuestro modo de pensar hay múltiples variables que se diferencian con respecto al resto de personas. Estas variables también responden al tipo de pensamiento que acostumbramos a emplear para cada situación. Al comprender que el modo en cómo pensamos es aprendido y sigue una serie de pautas, nos vemos capacitados para liberarnos de aquello que nos genera un malestar y sufrimiento innecesario.
¿Qué supone el pensamiento?
El pensamiento es propio de nuestro neocórtex, siendo la zona cerebral más desarrollada, que está encargada de nuestro razonamiento y pensamiento abstracto. Esto es algo que nos distingue de los demás mamíferos.
La capacidad para pensar y razonar es lo que hace que seamos unos seres tan complejos. A través del pensamiento podemos generar conductas que nos beneficien y den sentido a nuestras vidas; y también podemos, de igual manera, generar problemas, conflictos, e incluso hacernos sentir que la vida no tiene ya ningún sentido para nosotros.
Los pensamientos, evidentemente, no son un proceso individual y aislado en nuestro cerebro, van regulados a su vez por nuestro sistema límbico, nuestra parte cerebral que regula nuestros instintos más primitivos como: el hambre, las emociones, conducta sexual y la memoria. Esto significa que nuestro razonamiento está ligado muchas veces a este tipo de impulsos más primitivos, y sin duda en multitud de ocasiones nuestros pensamientos se dejan influir por los sentimientos y las emociones de una forma involuntaria.
Al tener en cuenta esto comprenderemos mejor que los tipos de pensamiento que empleamos están, en muchas ocasiones, solapados e influidos por múltiples factores que no podemos controlar. Aunque entendiendo esto, seremos más conscientes de que nuestros pensamientos no son una verdad absoluta, que muchas veces es mejor ni darles credibilidad, ya que se generan de una forma u otra dependiendo del contexto y el estado en el que nos encontremos. Por eso un consejo que te damos es que no creas todo lo que piensas, los pensamientos muchas veces nos hacen ver cosas que no son y nos confunden aún más con respecto a lo que supone la realidad. Nuestra individualidad como personas está compuesta por varios tipos de pensamiento, que de una manera orientativa, conocerlos nos aporta las claves para que no nos dejemos controlar por ellos,
Principales tipos de pensamiento
Pensamiento inductivo
En Esta forma de razonar las conclusiones a las que se llega parten de unas premisas que apoyan a la idea. El proceso, por lo tanto, es ir de lo particular a lo general, y aunque la validez de la conclusión no está garantizada sí que alcanza un alto grado de probabilidad. En tipo de pensamiento adquiere una gran fuerza ya que es improbable que las conclusiones a las que se llega sean falsas si sus premisas son verdaderas. Así se llega a una conclusión más o menos sensata, hasta que sea refutada. Este tipo de pensamiento es una parte indispensable para el método científico
Pensamiento deductivo
En este caso se invierte el proceso, partiendo de lo general para llegar a lo particular. Esto garantiza la validez del contenido de la premisa, ya que se basa en sus propias premisas. Este tipo de argumento siempre será válido mientras que las premisas sean verdaderas. Por ejemplo: Todos los humanos son mamíferos – Albert Einstein es humano – Por consiguiente, Albert Einstein es un mamífero.
Pensamiento proposicional
Al utilizar este tipo de pensamiento lo que nos interesa no es el contenido de las preposiciones, sino de las relaciones que existen entre las mismas a través de las partículas de unión. Es un pensamiento cuya naturaleza es abstracta, lo cual nos libera de tener que intentar controlar circunstancias del mundo real. Así no necesitamos comprobar los datos de la realidad de una forma experimental.
Por ejemplo: realizamos una afirmación o enunciado del tipo “Es casi imposible que trepes por esa cuerda tantos metros”, en un análisis lógico se utiliza una partícula, en este caso: “Es casi imposible que trepes por esa cuerda tantos metros, al menos que te prepares para ello”. Por lo que la partícula “al menos que” Esta partícula de unión sirve como conexión entre dos proposiciones.
Pensamiento convergente
En este modo de razonar se escoge entre muchas opciones para finalmente llegar a una conclusión. Se tiene así en cuenta de que hay diferentes realidades que pueden encajar entre sí, aunque en un principio parezca que no tienen nada en común. Se estima así la opción más conveniente en un rango de posibilidades.
Pensamiento divergente
De una pregunta abierta se obtienen múltiples conclusiones, generando tantas ideas como sea posible. Con este tipo de pensamiento se detecta mejor los diferentes aspectos o significados de una misma palabra o frase.
Pensamiento duro
Esta denominación de pensamiento fue propuesta por Roger van Oech. Este tipo de pensamiento destaca por ser muy concreto, sin dejar que puedan existir ambigüedades. Es rigurosamente lógico, coherente y específico; tiende a ser exacto y lo más preciso posible.
Suele ser el pensamiento que más se aplica a la ciencia, se intenta por todos los medios evitar contradicciones.
Pensamiento suave
En contraposición al pensamiento duro, el suave admite muchos matices, no tiene esa rigidez. Se caracteriza, sobre todo, por ser algo confuso, siendo más bien metafórico y abierto a distintas interpretaciones. Es muy común en la filosofía promoviendo, ante todo, las contradicciones, al igual que el psicoanálisis.
Pensamiento analítico
Se pretende establecer causalidades, analizando una situación paso a paso y dividiéndola en parte pequeñas para no perder detalle de todo lo que la conforma. Cualquier problema se organiza por partes siendo analizado de una forma sistemática, realizando comparaciones, marcando prioridades sobre una base racional. Suele hacerse relaciones causales y condicionales del tipo: entonces…, si…, etc.
Pensamiento lateral
Se trata de una forma creativa de manejar la información. El objetivo es el cambio de modelos. Los problemas son tratados mediante soluciones únicas y originales. Se cuestiona lo que se ha dado por hecho, lo que se supone que es inamovible y evidente. Actúa en contraposición al pensamiento analítico Este pensamiento se produce sobre todo en artistas y artesanos.
Pensamiento mágico
Se producen ideas que nada tienen que ver con la realidad, puesto que a elementos que no tienen conciencia propia ni capacidad para seguir un plan, se les adjudica intenciones específicas. Esto es propio de los niños cuando tienden a imaginar. También es propio de las personas que sufren algún tipo de delirio planteándolo de la siguiente manera: “cuando un coche por la calle utiliza el pito dos veces, me está queriendo decir que mis padres no me quieren”, “si traga saliva cuando le hablo significa que me está mintiendo y está interesada en otra persona”. Se establecen relaciones haciendo conclusiones que carecen de lógica.
Pensamiento jánico
Esta denominación de pensamiento fue propuesta por el psiquiatra norteamericano Albert Rottenberg. El pensamiento jánico (del Dios romano Jano), tiene como característica principal la idea de dos imágenes o conceptos opuestos, que existen el uno junto al otro y ambos son igual de verdaderos. Esta ambivalencia se produce sobre todo en los sueños, haciendo uso de los elementos inconscientes.
En conclusión, tal y como podemos comprobar, estos tipos de pensamiento están muchas veces asociados a contextos culturales específicos; como puede ser el científico, artístico o filosófico. También en su modo de proceder suelen ser característicos de ciertas personas, que por su carácter, y forma de entender la vida tienden más a unos tipos de pensamiento que a otros. Por eso no es de extrañar que haya personas a las que se les hace imposible poder entenderse con otras, ya que, aun hablando el mismo idioma, es como si entendieran lenguajes completamente diferentes. Esto es debido a las distintas formas características de pensar de una persona a otra, que puede diferir hasta el punto de que la comunicación se vuelva conflictiva, y no se pueda llegar a ningún tipo de entendimiento.