Tipos de Tos y sus Tratamientos

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Ya entrando en fechas primaverales, las condiciones climáticas del invierno todavía se resisten a abandonarnos, y con ellas las gripes y resfriados que acompañan a las bajas temperaturas.

Uno de los síntomas más molestos, y que en muchas ocasiones se prolonga durante mucho tiempo después de haber pasado las fases agudas de estas enfermedades, es la tos.

Se diferencian típicamente dos tipos de tos: tos seca, que no va acompañada de mucosidad y tos grasa o “tos con moco”.

La tos seca o tos irritativa responde a un estimulo puramente nervioso. Se genera en el cerebro, en el centro de la tos. Inhibiendo este centro nervioso actúan los antitusivos de síntesis, como la codeína o el dextrometorfano. La codeína es un derivado de la morfina, y tiene como efecto secundario en la mayoría de los pacientes el estreñimiento, ya que actúa también en las zonas del sistema nervioso que intervienen en la motilidad intestinal.

Las terapias naturales para la tos seca consisten en calmar la irritación de garganta y pecho que provoca este tipo de tos, para evitar que se continúe el reflejo de la tos. El Própolis, la Miel y el Zinc son muy eficaces para calmar y recuperar las irritaciones de la garganta.

Los remedios de fitoterapia son los más utilizados para reducir las irritaciones de los bronquios y pulmones. Como extractos vegetales conocidos por su efecto balsámico destacan la Grindelia, la Drosera, el Musgo o Liquen de Islandia, el aceite esencial de Menta, el aceite esencial de Orégano, el Grosellero negro, el aceite esencial de Tomillo y el aceite esencial de Pino.

La tos grasa o productiva se genera como un mecanismo para expulsar la mucosidad contenida en las vías respiratorias en respuesta a una infección viral o bacteriana. Es beneficiosa, y no es conveniente frenarla, porque tiene un objetivo de limpieza y eliminación de toxinas. Lo recomendable en este caso es acelerar y facilitar el proceso depurativo, mediante sustancias naturales expectorantes acompañadas de un consumo abundante de líquidos. Uno de los expectorantes más eficaces es el extracto de Ajo añejado, por su riqueza en aminoácidos azufrados y sustancias antisépticas. También el aminoácido L-Cisteína es un clásico pero eficaz remedio para hacer la mucosidad pectoral más fluida y favorecer su expulsión. En medicina Ayurvédica (medicina tradicional india) se emplea la Albahaca Sagrada o Holy Basil para tratar la afecciones del arbol respiratorio ya que, además de tener propiedades emolientes y expectorantes puede estimular el sistema inmune y aumentar la producción de anticuerpos.

Con frecuencia se recomienda tomar un expectorante cuando aparecen síntomas de tos seca, como medida preventiva, ya que muchas veces no se detecta la mucosidad en las primeras fases del resfriado y se piensa en que la tos es de tipo irritativo.

También se favorece la limpieza de las vías respiratorias practicando vahos, mejor incluso si se disuelven en el agua unas gotas de aceites esenciales descongestivos, como el de Menta o el de Eucalipto o el de Hisopo. Son un alivio para la tos seca y un estimulo depurativo en la tos productiva.