Detectar bulimia en adolecentes
Todos debemos pasar por la adolescencia, una etapa en la que el cuerpo experimenta muchos cambios. La presión social, los problemas de autoestima y otros factores pueden desencadenar la bulimia en adolescentes, la edad más común en que suele presentarse este trastorno alimenticio.
La bulimia es un desorden alimenticio caracterizado por consumir grandes cantidades de comida en períodos cortos de tiempo para luego eliminarla por medio de vómito o de laxantes. Asimismo, se suele recurrir a períodos de ayuno prolongados, ejercicio físico intenso o saunas para perder líquido corporal. El temor a engordar es la causa de este comportamiento, acompañado por síntomas depresivos, sentimientos de culpa y pérdida de control. Nueve de cada diez personas que padecen bulimia son mujeres.
Detectar bulimia en adolecentes
Con el tiempo, esta enfermedad mental puede traer graves consecuencias físicas, como sangrados estomacales, pérdida del esmalte dental, daños en el esófago, mareos, desmayos, pérdida del cabello, lesiones en la boca, alteraciones en la menstruación y daños en el corazón y los riñones. Se calcula que un 5% de quienes padecen bulimia incluso muere.
A nivel psicológico, los resultados suelen ser también bastante graves y abarcan desde ansiedad, depresión y dificultad para establecer relaciones, hasta abuso de sustancias e intentos de suicidio.
Es importante acudir con psicologo especialista con un Máster en Psicología Infanto-Juvenil de preferencia con mucha experiencia en el manejo, diagnostico y tratamiento para estos complicados casos. La importancia de detectar la bulimia en la adolescencia es que, cuanto más antes se diagnostique y se trate, es más fácil de curar. Sino, suele convertirse en un trastorno crónico: se estima que un 20% de los pacientes siguen luchando contra este padecimiento después de 10 años.
Si bien es cierto que una persona para ser diagnosticada como bulímica, debe haber desarrollado este tipo de conductas por al menos tres meses, es importante estar atentos a cualquier tipo de comportamiento que indique la presencia de este trastorno alimenticio. Quienes padecen bulimia suelen esconderlo muy bien porque se sienten avergonzados de sus prácticas alimenticias y, cuando por fin se diagnostica, ya forma parte de su estilo de vida.
El tratamiento para combatir este mal, por lo general, es complejo. Anteriormente se solía hospitalizar al paciente hasta controlar sus hábitos alimenticios y acabar con los patrones de atracones y purgas, pero el problema no se cortaba de raíz y los síntomas volvían a aparecer después de un tiempo. En la actualidad, el tratamiento incluye psicoterapia y terapia de grupo, muchas veces acompañado por antidepresivos como la fluoxetina. El paciente percibe la realidad de otro modo: tiene una imagen distorsionada de su cuerpo y no tiene idea de cuáles son porciones de comida normales y saludables, por lo que el control de la ansiedad y la psicoterapia juegan un papel importante.