Revista Cine
Hace un par de días, haciendo zapping me entretuve con Hollywood Diaries, un programa de Universal Channel donde se habla por supuesto de cine. Un crítico comentaba la última nominada a mejor película extranjera, "Un profeta", y de inmediato atrajo mi atención ya que la tengo para ver hace semanas arrinconada en la videoteca (gracias Milton por tu paciencia en la devolución de lo que me prestas!). Pasada la reseña llegó el momento del debate junto a los conductores, dicho crítico y otro crítico invitado- y sepan disculpar que la abuela no retuvo los nombres!- el debate fue sobre la tan comentada últimamente tecnología 3D a la que todo gran estudio parece apostar ahora pensando que eso es lo que la gente quiere. La discusión, breve por cierto, abarcó unos cuantos aspectos interesantes aunque nada nuevos (¿qué no se ha dicho ya sobre esto?) y que me dejaron picando unas cuantas consideraciones: ¿el 3D vino para quedarse o es una mera moda que pasará sin penas ni olvidos como en la década del '50, del '70 y del '80?. Esto es realmente interesante desde que, por ejemplo, he comprobado que muchas de mis amistades y conocidos se desvivieron en su momento por visionar el 3D, sobretodo desde Avatar, y luego cayeron en la sempiterna queja de que los anteojos molestan (sobretodo los que ya usan anteojos normales) o que la entrada realmente es más cara. Pareciera que estos al fin de cuentas se ven impulsados a ver una determinada película en 3D porque de verse en 2D perdería calidad, entretenimiento, gusto, bah!.
Concuerdo con lo que decía uno de los críticos- entre tantas cosas- que no es lo mismo ver un film como Avatar, consebido desde el guión con estas características a uno como Furia de Titanes donde el 3D es colocado en post producción y a las apuradas. Mal que nos pese, previsible o no, genial o mediocre según los gustos, Cameron nos metió de lleno en el mundo Pandora (y ahora parece que nos llevará junto a la NASA a explorar Marte) en un embrujo visual difícil de discutir. Que uno vive en Pandora mientras ve la tan contada experiencia conquistador-conquistado es indudable.
Personalmente me atrae el 3D- y pienso en films como Los fantasmas de Scrooge o Cómo entrenar a tu Dragón e incluso en Up- cuando la calidad visual del contenido es impactante. La profundidad de campo, difícil de apreciar honestamente en el 2D salvo genialidades de pocos directores de arte, son evidentes y más allá de los esperados "truquitos sobre las narices" que todos esperan, los detalles bien puestos otorgan texturas nuevas y colores vivos. Pero hasta acá llego. Si han de preguntarme creo que evidentemente la tecnología crece y marca cambios en todos los aspectos: medicina, educación, entretenimiento, etc; pero para hacer mi autopronóstico sobre si el 3D vino o no para quedarse, me pregunto- y no sé si les pasa a ustedes- algo importante:¿ hay más "paseantes " que amantes del cine o al revés?. Me explico un poco mejor.
A mi entender el paseante es aquella persona que va al cine porque es la salida más segura, porque quiere ver ese film del que todos hablan "para ver qué onda" y no quedarse afuera de los comentarios típicos (¿todavía no viste Avatar!?), aquella persona que acompaña a otra que le gusta el cine aunque no le guste tanto y hasta se duerma apenas arrancan los títulos o aquella que disfruta de la salida en sí porque quizá es más económica que otras salidas (aunque ahora no tanto) y el ritual de la cola, los pochoclos, la sala y demás ya le significa un entretenimiento en sí mismo.Al amante del cine creo que todos lo podríamos definir medianamente igual. Nos importa bastante poco si la historia está en 3D o 2D porque queremos que se nos cuente una buena historia y si bien reconocemos la espectacularidad de un film visualmente en 3D- como el caso ya citado de Avatar- no dejaríamos de ver un film porque esté en 2D.
El paseante llegará a un momento en que el 3D lo saturará, perderá su gustito a nuevo y en cuanto salga la tele en 3D- como muchos anuncian- seguramente cambiará sus hábitos. Recordemos que por ejemplo cuando salieron los videoclubes muchas salas murieron y finalmente de a poco con las multisalas y la internet con sus descargas el efecto se produjo al revés. El videoclub del barrio murió y ahora quedan algunos pocos esparcidos por ahí.
Muchos aseguran que el 3D representa en la industria del cine lo mismo que en su momento el sonido o el color; sin embargo tanto el sonido como el color no tuvieron sus vaivenes como el 3D . Los grandes estudios saben cómo vender sus films. Ver cómo nos vendió Cameron o Burton sus films es suficiente para saber que buena o mala una película las inversiones vuelven, dan sus réditos. Pero lejos estoy de creer que el 3D se instalará definitivamente, no al menos por ahora.
Mientras, espero cual ilusa que las multisalas algún día se decidan a arriesgarse a las reposiciones, que vuelvan las semanas de cine argentino por $2 (aunque acepto que por estos tiempos cobrasen $10) y que el cine independiente tenga un poco más de distribución de la que tiene. ¿Pido mucho?
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