To the Bone ha sido una de las últimas apuestas de Netflix por el cine independiente. Se trata de un relato original sobre la anorexia que no ha pasado desapercibido por su avezado reparto y toda la polémica suscitada.
Ahora bien ¿Puede un relato sobre la anorexia ser original?
No hay materia más explotada que los desórdenes alimenticios; tanto se ha rodado y escrito sobre ellos, que el público empieza a estar saturado de observar cómo chicas esqueléticas tiran sus vidas por la borda bajo el pretexto de querer ser delgadas o aceptadas por una sociedad superficial.
Ver cómo se asoman a un precipicio ilusorio, representado en su mayoría de los casos por un "retrete", equiparable quizá -en cuanto a profundidad- al Peor Baño de Escocia ( Trainspotting), nunca fue agradable. Sin embargo, la película de la directora Marti Noxon ( Soy el número 4) rompe con los tópicos, con una producción soberanamente auténtica y, como mencionaba al principio, original.
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A pesar del argumento, To the Bone no es el melodrama clásico que cualquiera esperaría tras leer el argumento. La música y el humor agilizan la trama, haciendo de lo que debiera ser una tragedia una tragicomedia, sin perder el respeto en ningún momento por la enfermedad. De esto último se
encarga el personaje de Keanu Reeves, un psiquiatra innovador que deja clara su postura desde su primera aparición en pantalla: no voy a tratarte si no estás interesada en vivir.
Un conjunto de jóvenes con desórdenes alimenticios viven en comunidad en una casa sin puertas, despojados de sus aparatos electrónicos y su intimidad. Aparentemente pueden hacer lo que quieran, salvo salir de la casa. Está en su mano el salvarse, como también lo está el conseguir los puntos necesarios para poder visitar el exterior. Conviven como adolescentes normales y lidian con los típicos problemas del muchacho medio, agravados por la obsesión calórica y el miedo a engordar.
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Ellen ( Lily Collins), se cree una veterana en el campo. Parece haber aceptado la muerte como única compañera de vida y no tiene ninguna prisa por recuperarse. Pero la convivencia y las terapias abrirán sus ojos a la vida y a una amistad no tan dañina.
Atrás queda la clásica mean girl, rubia y delgada. To the Bone nos muestra a una auténtica neófita de algo de carne, pero en su mayoría hueso, caracterizada de manera magistral por la dulce Lily Collins, que también sufrió anorexia en el pasado y que asegura estar muy satisfecha con el resultado del
proyecto.
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