¿Os habéis preguntado alguna vez si esas toallitas de cuya marca no mencionaré y que tiramos por la taza del váter verdaderamente son biodegradables? Yo sí y por eso he buscado información sobre estas toallitas y su supuesta biodegradación.
Para empezar, ¿qué significa que una cosa es biodegradable?
“Biodegradable (wikipedia): es el producto o sustancia que puede descomponerse en los elementos químicos que lo conforman, debido a la acción de agentes biológicos, como plantas, animales, microorganismos y hongos, bajo condiciones ambientales naturales.”
Siguiendo este significado todos entendemos que una hoja o un trozo de fruta es biodegradable pues si lo abandonas en el medio se descompone. Pero, ¿y esas toallitas que nos venden como biodegradables y que usamos para limpiar el culito del peque? ¿habéis probado alguna vez de romperlas? Haced la prueba. ¡Imposible romperlas con las manos! entonces, ¿seguro que son biodegradables? no negaré que van muy bien, que son suavecitas y que permiten limpiar el culito a fondo. Pero, ¿y si esas toallitas van genial para limpiar el culito, pero fatal para las cañerías? la broma nos puede salir muy, pero que muy cara.
Preocupada por el tema (y por las tuberías) he husmeado por el ciber-espacio y he encontrado este artículo que habla precisamente de este tema:
Para los que no tengáis tiempo de leer el artículo, una imagen vale más que mil palabras:
Os lo resumo: la mayoría de toallitas limpia-culitos, aunque nos las vendan como biodegradables NO son biodegradables y en consecuencia nos pueden armar un tapón del copón en nuestras tuberías o en las cloacas de nuestras ciudades. Pero la cosa no acaba así. Pensad que muchos municipios aun no disponen de un sistema de saneamiento (dícese también depuradoras), por lo que vierten todo directamente al medio (ríos y mar) permaneciendo en él años y años y más años.
He encontrado alguna marca de toallitas de las que denominan “ecológicas” que aseguran que las toallitas estan hechas de productos 100% naturales y que se biodegradan en 8 días. Sólo diré que aún en el caso que sea verdad, 8 días son más que suficientes para taponarnos la tubería y tener también algun que otro susto.
Así pues, sí que nos puede salir la broma muy cara, a nosotros, a las depuradoras y al medio ambiente. Así que si no tenéis ganas de tener que llamar al fontanero o de bañaros en playas repletas de objetos blancos no identificados, empecemos a tirar estas toallitas a la basura y no a las cañerias. O cómo mínimo no nos creamos todo lo que nos indican en los productos y busquemos más información. Tira una de esas toallitas en tu jardin y mira a ver cuánto tiempo pasa hasta que desaparece. Una madre precavida vale por dos. Consejo de madre.
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PD: Si alguna marca de estas conocidas toallitas no está de acuerdo con lo que he escrito, no tengo ningun problema que se ponga en contacto conmigo para demostrarme lo contrario. Yo de momento, me creo lo que he averiguado. Sólo hay que intentar romper una de esas toallitas para darse cuenta.