Pondrán rumbo hacia lo desconocido. El objetivo del viaje es entender y discernir cuánto de leyenda y cuánto de realidad hay en los mitos ancestrales tras haberse verificado que una parte de ellos son reales. Para ello se subirán a Isla, una inmensa isla flotante, temporalmente atada a tierra, cuyo rumbo y destino es el Final del Cielo.
Una vez liberan Isla de sus enganches y empieza el viaje, conocen en la academia que allí han construido al resto de compañeros de la Escuela de Aviación. Entre ellos está Ignacio Axis, un chico que, sin motivo aparente, mira con odio a Kal desde el primer momento en que le ve. Cuando Kal, molesto por esa antipatía injustificada va a pedirle explicaciones, se cruza con Claire Cruz, una chica tímida y dulce de quien se enamora casi al instante.Cuando empecé a verla no tenía ni la menor idea de lo que me iba a encontrar. Me atrajo el título, la componente romántica y el aspecto fantástico del mundo en que se daba. Claro que no tendría sentido una historia de pilotos sin batallas aéreas y, de hecho, se van a dar como nos previenen desde un anticipo en el primer capítulo. La serie se puede dividir en dos partes muy claras y diferentes. Y quizás ahí está su problema.La primera parte se puede considerar como introducción, con una presentación de personajes bastante extensa. En general prima una extraña cotidianidad pues en Isla se ha creado un pueblo que da respuesta a las necesidades de la academia y los militares. Y así pasan unos primeros meses tranquilos, con inclusoescenas de instituto, de ligero fanservice (aunque es muy light, ahí está) con las chicas en bañador en la playa, de un "festival" para preparar ramen... que no terminan de casar mucho con la trama. Pero son capítulos para conocer a los personajes, para tomarles cariño y, sobre todo, para descubrir quién es en realidad Kal y por qué está en Isla.
Lo más intenso de esta parte son los descubrimientos de los orígenes de los protagonistas (aunque el de Ignacio lo conocemos más adelante en realidad). Esos pasados de extremada crudeza hacen prever momentos de enorme tensión entre ellos. Pero, en realidad, las mayores sorpresas se dan a conocer al espectador sin generar los conflictos esperados entre los personajes, de una manera un tanto anticlimática, por lo que les podrían haber sacado más partido. Los odios que habitaban originalmente en algunos personajes y que parecía que iban a ser el fondo de la historia pasan a un segundo plano con una resolución algo simple. Creo que en el fondo ha sido mejor así, porque los personajes han actuado de manera más adulta y acertada. Claro que me queda cierta duda de si la historia ha tirado simplemente por lo fácil para evitarse los conflictos más intensos y se ha centrado en otras cosas.
Pasados intensos aparte, toda la tranquilidad inicial de la serie acaba en el capítulo 6, que se podría titular "la calma que precede a la tormenta". Hay algunos tópicos en los que cualquiera puede ver un burdo intento de hacer sacar los pañuelos al capítulo siguiente. Es completamente previsible lo que va a pasar. La cuestión es que lo consiguieron conmigo, fui manipulada vilmente, lo sé y aún así, me emocionó. De un capítulo a otro, todo cambia y empieza la guerra con las consecuencias que ésta siempre tiene. Hay muertes, hay drama... los personajes maduran enormemente en muy poco espacio de tiempo. La historia pega un enorme salto cualitativo.Así tenemos una parte ligera de más y otra de enorme crudeza. El contrate entre ambas puede resultar excesivo. Pero aunque creía que iba a acabar disgustándome dicho cambio, el desarrollo hasta el desenlace me ha emocionado y me ha encantado el final. De jóvenes que eran, al acabar la serie, los personajes que han sobrevivido se han convertido en adultos. Y los últimos capítulos han tenido escenas magníficas. Por tanto, a pesar de su previsibilidad y sus clichés, es una serie que me alegro y mucho de haber visto.
Como curiosidad poco relevante, me ha llamado mucho la atención la gran cantidad de referencias españolas que hay. Desde nombres que van en castellano (Nina Viento, Ignacio, Ruiz de Alarcón, Banderas...) hasta localizaciones inspiradas claramente en partes de la Alhambra de Granada o El Escorial. Además, la propia isla flotante, se llama tal cual, "Isla". Sé que es una tontería pero acostumbrada a referencias alemanas e inglesas (que también hay algunas), me ha sorprendido mucho. Aunque debo decir que los dos personajes masculinos "españoles" dan un poco de vergüenza ajena, por una parte todo un Don Juan y por otra, un "macho ibérico".El trabajo de animación me ha parecido un poco flojo. Se han esmerado y mucho con las escenas de los aviones y con el diseño de los modelos para los que cogen referencias de muy diferentes épocas. Por el contrario, los personajes no parecen haber sido tan mimados aunque no recuerdo haber visto grandes despropósitos por caídas del nivel. En cuanto a la música, los temas de apertura y cierre no me han resultado especialmente memorables.
No termino de estar muy conforme con esta reseña, la verdad sea dicha.. Para explicarme mejor tendría que entrar en spoilers y preferiría no hacerlo. Toaru Hikuushi e no Koiuta puede pecar de previsible y de tener clichés, además de una primera parte que, salvo por los flashbacks, resulta demasiado ligera. Sin embargo, el mundo creado, todo el tema de la guerra, el dulce y bonito romance de los protagonistas, los conflictos de los personajes y su resolución de una manera más adulta me han encantado. Podría haber dado más de sí, pero yo la he disfrutado y me he emocionado con la historia, y con eso ya voy más que satisfecha.