Cuando oímos hablar de Trastorno Obsesivo Compulsivo, todos nos imaginamos a alguien con obsesiones relacionadas con el temor a la contaminación o al desorden y que comprueba repetidas veces que ha cerrado la puerta con llave, que se lava las manos constantemente o que tiene un afán desmedido por el orden y la simetría. Esta idea de lo que es el TOC nos la han dado en gran medida los medios de comunicación con películas como «Mejor Imposible» o «Los impostores». Si bien es cierto que estas conductas pueden ser parte de las obsesiones de una persona con este trastorno, cabe destacar que existen otros tipos de TOC que no son tan conocidos. Hoy descubrimos el TOC de tipo sexual.
TOC con ideación sexual
Este tipo de TOC consiste en dudas acerca de la propia sexualidad que la persona siente como extremadamente angustiosas. Estas dudas involucran determinadas parafilias o una sexualidad que no es la propia, supuestos que el sujeto es incapaz de tolerar. También conlleva la realización de compulsiones, que son comprobaciones respecto a la obsesión, las cuales en otros tipos de TOC son conductuales, como comprobar que se ha apagado el gas, pero que en este tipo suelen ser más mentales. Esto se conoce como TOC obsesivo puro.
Por ejemplo, una persona con TOC sexual puede tener pensamientos recurrentes acerca de si le excitan las personas del mismo sexo, un miembro de su familia, los menores de edad o los animales, entre otros, tratando de evitar todo lo que se relacione con el objeto de su obsesión. Lo cierto es que quien lo sufre no siente una atracción real hacia lo anteriormente descrito, pero su mente le avasalla constantemente haciéndole dudar de su sentir.
¿Por qué sucede?
Todo empieza un día cualquiera con un pensamiento o una imagen que aparece en la mente de la persona de forma involuntaria y que ésta considera inmoral. Si bien es normal que todos experimentemos este tipo de sucesos, las personas con TOC magnifican lo ocurrido en sus mentes y lo consideran como algo propio de su naturaleza. Se dicen a si mismas: «Si lo he pensado es porque lo deseo», en lugar de verlo como lo que es: un pensamiento involuntario propio de la naturaleza creativa y aleatoria del cerebro.
Seguidamente a este pensamiento, viene la duda: «¿Y si me atrae esto?» y la angustia: «No puede ser, es repulsivo». Posteriormente, la persona siente la necesidad de comprobar que esto no es así de mil maneras. Por ejemplo, repitiendo en su mente la imagen y prestando atención a sus emociones: «¿Me atrae esto que me imagino?».
La respuesta que el sujeto se dará la mayor parte de veces será negativa, sin embargo, nunca será un número de veces suficiente para que la persona se dé por satisfecha y se planteará la posibilidad de que su temor sí sea real y su anterior comprobación no haya arrojado resultados certeros. De tal manera que la persona vuelve a realizar la comprobación una y otra vez y se sume en un eterno ciclo de duda, angustia, comprobación, paz durante unos instantes al observar que no es cierto su temor y de nuevo de vuelta al ciclo de duda y compulsión, con una angustia cada vez mayor.
Tipos de TOC con ideación sexual
Toc Homosexual
Por ejemplo, en el caso de alguien que sufre de TOC homosexual, su mente no cesa de preguntarle «¿Y si te gustan las personas de tu mismo sexo?”. La persona se siente obligada a hacer determinadas comprobaciones o compulsiones mentales para asegurarse de que no es así, una y otra vez. También conlleva que la persona evite ciertos lugares por miedo a confirmar sus temores, como por ejemplo los lugares de baño como playas o piscinas, o vestuarios (ya que pueden ver a personas de su mismo sexo con poca ropa y sufrir la angustia que les conllevaría está situación).
TOC incesetuoso
Otro ejemplo podría ser el de una persona que sufre de imágenes sexuales en las que se ven involucrados miembros de su familia, lo cual se conoce como TOC incestuoso. Este tipo de TOC genera mucha angustia y vergüenza y quien lo padece siente que no puede contarle lo que le está sucediendo a sus seres queridos, pues ellos están involucrados en su problema. El sufrimiento es todavía mayor si son convivientes, pues la persona tratará de evitar la cercanía con sus familiares. Éstos, al no comprender lo que sucede, también sufrirán e intentarán acercarse más con el fin de ayudarle, lo cual acrecentará la angustia de la persona aquejada de TOC.
TOC de pedofilia
También es típico el TOC de pedofilia, uno de los que más ansiedad generan y cuyas víctimas difícilmente acuden a consulta por temor a ser juzgadas y a confirmar sus temores. Las personas que sufren de esta problemática temen sentirse atraídas por menores de edad y evitan los lugares en los que puedan haber niños, lo cual se complica si además tienen hijos pequeños, si tienen a su cargo a algún menor o si trabajan con este grupo de edad. Es importante mencionar que estas personas sienten una absoluta repulsión hacia este tema y su trastorno no tiene absolutamente nada que ver con la pedofilia, por lo que no incurren en delitos relacionados con este tema. No son capaces de agredir sexualmente a este colectivo, es más, el solo hecho de plantearse algo así les provoca una ansiedad desmedida, llegando a sufrir de ideación suicida.
Estos son sólo algunos ejemplos de tipos de TOC con ideación sexual existentes, pero hay más. Cabe mencionar que en este artículo no se está comparando la homosexualidad, la cual es una orientación sexual completamente normal, con las parafilias. Las personas que sufren de TOC homosexual no son homofóbicas, sino que se trata de personas heterosexuales que viven como angustiosa la posibilidad de su homosexualidad porque realmente no lo son, lo cual es diferente a las dudas sobre la propia sexualidad que cualquier persona puede experimentar a lo largo de su vida.
El enemigo en tu mente que te hace vivir una pesadilla
Algunas personas con este tipo de TOC definen este trastorno como «un enemigo en tu mente». Este enemigo te pregunta si eres aquello que más detestas y pone en duda la moralidad de tus apetencias sexuales una y otra vez sin dejar la cuestión por zanjada. Te obliga a plantearte lo mismo constantemente, robando tu atención mental prácticamente las 24 horas del día e impidiendo que vivas tu vida con normalidad.
Cabe destacar que, independientemente de las situaciones que la persona evite o de las veces que compruebe como falsas sus suposiciones, el TOC siempre encontrará un resquicio por el que colarse. La duda siempre emergerá como un fantasma omnipresente, convirtiendo su vida en una pesadilla. De hecho, realizar esas compulsiones mentales (que es como se llama a las comprobaciones) no ayuda en este caso, más bien al contrario; refuerza la obsesión.
¿Cuál es el tratamiento?
La terapia de elección en el tratamiento del TOC es la EPR (Exposición con Prevención de Respuesta). Esta terapia conlleva como uno de los requisitos indispensables que la persona deje de realizar las comprobaciones, pues son las que mantienen el problema. Se trata de una técnica que necesita de la valoración de cada caso individual y de un plan ajustado a las necesidades del sujeto y que ha mostrado muy buenos resultados.
Si sufres de este trastorno no dudes en consultar a un especialista. No temas ser juzgado ni confirmar tus temores al acudir a consulta, más bien al contrario; encontrarás un espacio de comprensión y apoyo en el que se te facilitarán herramientas necesarias para lidiar con este trastorno y se te acompañará en la búsqueda del origen de tu problemática. Es un infierno, pero con la ayuda adecuada, es posible salir de él.