[Tócala otra vez, Sam] La piedra filosofal: The Quidditch Match
Moisés Valderas Álvarez 7 enero, 2014 0
Vivimos en una época de éxitos literarios, best sellers que triunfan a tal magnitud que sus adaptaciones cinematográficas no tardan en llegar, pero ninguna de estas novelas recientes pegó tanto y tan fuerte como las protagonizadas por un joven mago. Ya que pese a la nueva moda de vampiros, gigolós y nuevas versiones de un best seller japonés, somos muchos los pertenecientes a esa generación que creció con el protagonista de estas historias. La vida de un chico corriente como nosotros cuya vida cambia el día que recibe una extraña carta, esa misma carta que por desgracia nunca nos llegó a ninguno de nosotros…
Como todo buen best seller no tardó en llegar a la gran pantalla, lo que enganchó mas si cabe a un buen número de jóvenes de once años, y quién mejor para darle forma a esta adaptación que Chris Columbus, protagonista total de nuestra infancia, ya que suyos son los guiones de Los Gremlins, El secreto de la pirámide o Los Goonies, además de la dirección de la siempre entrañable Solo en Casa. Y si se necesita una batuta mágica que nos incite a soñar con mundos fantásticos, no hay en el mundo otro como el maestro John Williams, quien consiguió una vez mas la nominación al Oscar a mejor banda sonora por su genial trabajo al cual homenajeamos en este día post-reyes magos en el que tanta ilusión se derrocha. Pero si hay algo con lo que J.K Rowling nos hizo ilusionarnos mas todavía y lo que nos llevó a mas de uno a querer levantar una escoba con nuestros poderes, eso fue el deporte por excelencia del mundo mágico, el Quidditch, un deporte que sin existir (o tal vez si ) se convirtió inmediatamente en el favorito de toda una generación. Haciéndonos soñar con subirnos a una escoba y echar un partidito junto a Angelina Johnson, Katie Bell, Alicia Spinnet, Fred Weasley, George Weasley y Oliver Wood, ya que por razones obvias, todos de pequeños queríamos ser el buscador de Gryffindor (aunque hoy tal vez sintamos predilección por otra de las casas de Hogwarts), y de paso que el genialUn relato de apenas 80 páginas que hará las delicias de todo Pottermaniaco y que no puede faltar en ninguna biblioteca, saciando la pasión por este ficticio deporte pudiendo conocer sus origenes, como fue inventado, y por supuesto sus normativas y reglamento arbitral para el buen aprendizaje del mismo.
Pero volvamos a lo que nos ha llevado aquí, la banda sonora, ese elemento tan crucial a la hora de dar vida a una película sin la cual ni siquiera todo un debut en este maravilloso deporte y en un partidazo como lo es Gryffindor vs. Slytherin hubiera sido tan épico en pantalla.
No hay un día en el año tan mágico como el de ayer, un día en el que volver a ser niños e ilusionarnos como en los primeros años de nuestra existencia a la hora de abrir regalos. Y que mejor momento para volver a recordar algo tan mágico y especial como es el Quidditch. ¿Y a vosotros? ¿Os han echado los Reyes alguna Nimbus 2000?
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