Peliculita absolutamente cotidiana y normal sobre una chica que pretende salir de un círculo vicioso que forma al su alrededor una de las drogas legales; el alcohol.
La filmación plasma con realeza y fidelidad como un alma débil se va metiendo más y más en el pozo de la drogadicción casi sin poderlo evitar, pero el malestar que siente le da fuerzas para salir de ese estado en el que no le mola seguir.
No considero que la película sea flojita, más bien es que no hace falta que suceda nada demasiado truculento o crudo como para que la película se deslice hacia su final sin grandes sustos o grandes lecciones de la vida sobre las consecuencias que puede llevar estar casi siempre drogao. Si no la ven, no la echarán de menos. No se pierden ni grandes interpretaciones, ni magníficos diálogos, ni soberbias escenas de acción. Nada de eso.
Impagable la frase que el profesor que ayuda a la protagonista le dice para intentar conquistarla.
Por El niño sipote