Me encanta el vocabulario políticamente correcto tan en la linea del socialismo o el comunismo patrio, tan en la linea del izquierdismo más trasnochado y gandul que puebla nuestra querida España, tan en la línea del populismo del que tanto político español intenta vivir en España. Ese vocabulario políticamente correcto que puso tan en boga ese tonto solemne que se llama Jose Luis Rodriguez Zapatero y que muchos y muchas siguen imitando.
Al principio fue algo, hasta cierto punto normal e inocente, que si españoles y españolas, que si ciudadanos y ciudadanas, que si trabajadores y trabajadoras, pero pronto se llegó a alcanzar el esperpento. Se quería llegar a rizar tanto el rizo que la cosa empezó a no tener límite, fue pura locura y desenfreno, un estallido de gilipollez secundado por mucho tonto que sin ese tipo de absurdeces en sus discursos estos se habrían quedado en nada. Tal fue la tontería que al final se llegó a la famosa frase de Bibiana Bibiano Aida Aido, se llegó al ya famoso “miembros y miembras”.
Lo gracioso es que ante esa metedura de pata mucho pelota se dedicó a bucear en diccionarios y libros de historia de la lengua española para intentar demostrarnos que la palabra miembra existía y que la ministra ministro no había metido la pata. Algo, por supuesto, completamente absurdo puesto que aunque ese pelota hubiera demostrado la existencia histórica de esa palabra todos habríamos sabido que, aun así, esa no era más que una garrafal metedura de pata de una ministra completamente iletrada, de una ministra inútil e incapaz a todas luces.
Pero de ese error no fue culpable sólo la ministra en exclusiva, de ese error fue culpable todo el peloteo que siempre gira alrededor de un presidente de gobierno, aunque este resulte ser más tonto que Abundio. Se inventó Zapatero esta forma de hablar, este vocabulario completamente absurdo, con el que la mayoría de políticos de izquierdas lo único que hacían era rellenar su mal discurso con términos completamente inútiles aunque políticamente correctos. Rellenaba su discurso con una forma de expresarse y unos términos que sólo un tonto de baba podría reclamar o echar de menos.
A partir de ahí, como casi siempre en España, la cosa no tuvo freno, no se le puso límite a nada. En la izquierda, y sobre todo en PSOE e IU, la cosa fue una locura, se empezó a utilizar esa forma ridícula de expresión siempre. Con eso se llegó otra vez, y en varias ocasiones, a meteduras de pata como las de Aido, Aida, aunque nuca tan famosas como esa. La cosa no cambia y siguen sin darse cuenta que están haciendo el mayor de los ridículos y que a muchos este tipo de cosas sólo nos provoca la risa floja por lo estúpido que nos parece.
Ha llegado ahora la felicitación de Año Nuevo de Pedro Sánchez. Querido Pedro, tu felicitación de Año Nuevo no es que esté mal expresada, no es que llegue al punto del miembra de Aído, pero esa “modernidad” en la que vosotros/vosotras creéis estar instalados/instaladas no es más que la victoria/victorio de lo absurdo/absurda. ¿No crees Pedro/Pedra? Por otro lado querido/querida socialista/sociolisto, añadir a un twit el género masculino y femenino, completamente innecesario, y acabar suprimiendo un punto de exclamación, en español se pone uno al principio y otro al final de la frase, no demuestra más que lo simple que eres, Pedro Sánchez.
Feliz 2015 para todas y todos! 2015 será el año en el que el @PSOE ganará las elecciones y gobernará el cambio que tanto necesita España
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) diciembre 31, 2014