El tofu es un alimento proveniente de Oriente y supone uno de los derivados de la soja más versátiles. Formado a partir de soya, agua y un coagulante añadido, se puede consumir bajo distintas formas y dispone de infinidad de propiedades curativas de las que nos podemos beneficiar.
Cánceres hormonales
Al ser un derivado de la soja, el tofu incluye fitoestrógenos, sustancias que son parecidas a las hormonas femeninas y que, por ende, ayudan activamente en la prevención de cánceres de clase hormonal, entre los más frecuentes los de mama, ovarios y útero.
Menopausia
Las mismas sustancias mencionadas en el punto anterior también contribuyen a retrasar la aparición de la menopausia y a aliviar sus síntomas.
Osteoporosis
Su alta cantidad en calcio no nos puede pasar desapercibida (20% más que la leche), siendo así que poco más de 200 gramos de tofu aportan casi un 40 por ciento del total del mineral necesario cada día.
Enfermedades cardiovasculares
Para aquellas personas con problemas de corazón, el tofu es un alimento a tener en cuenta, dado su nulo contenido en grasas saturadas y colesterol, y buena presencia de grasas no saturadas que limpian las arterias de restos de colesterol.
Cocina y niños
En ocasiones, resulta muy difícil conseguir que nuestros hijos consuman alimentos de este tipo, pero en el caso del tofu debemos tener en cuenta uno de sus fantásticos “trucos”, y es que es capaz de adquirir el aroma de los alimentos con que se cocina. Por tanto, nada mejor que incluirlo en una sopa o en un plato de pasta para “camuflar” su sabor y conseguir que los más pequeños lo ingieran sin dificultades.
Vegetarianos
Uno de los principales problemas de los practicantes del vegetarianismo es la nulidad de proteínas animales que podemos encontrar en su dieta. No obstante, 100 gramos de tofu contienen casi 15 de proteína vegetal, porcentaje a tener en cuenta para este colectivo.