Todas son buenas chicas, Néstor Belda
Referencia bibliográfica
Título: Todas son buenas chicasAutor: Néstor Belda
Lugar de edición: Valencia
Editorial: Círculo Rojo
Fecha de publicación: mayo de 2014
ISBN: 978-84-9076-304-9
Número de páginas: 105
Idioma: Español
Sobre el autor
Nació en 1962 en Mendoza, Argentina. En sus comienzos literarios, fue alumno de narrativa del escritor Américo Calí (1910 ― 1982). Fue coordinador del foro de
debates literarios y filosóficos "Gargantúa". Ha dirigido el grupo de orientación narrativa "Cuéntame una historia". Es profesor de Técnicas Narrativas de la Asociación de Centros de Filosofía Para Niños de la Comunidad Valenciana y profesor habilitado por Consellería de Educación de cursos de escritura y técnicas narrativas para profesionales de la educación.Es coordinador de maquetación on-line de la Revista Internacional de los Centros Iberoamericanos de Filosofía para Niños. Fue codirector del taller "Fantástica de creación literaria" del XXV Encuentro Internacional celebrado en abril de 2014 y también es miembro del equipo de investigación-acción docente y de creación narrativa "Mi balza roja".
Autor del libro de relatos "Todas son buenas chicas", Editorial Círculo rojo, Junio 2104, ISBN 978-84-9076-304-9. Prologuista de "El viaje", Editorial Círculo Rojo, ISBN 978-84-9050-804-6. Prologuista de "Antología de Microrelatos Ilustrados", de Enrique Pilozo, Editorial de la Municipalidad de Santiago de Guayaquil, Marzo 2014.
Si bien escribió su primer cuento a los catorce años, no es hasta 2010 cuando, decidió dar a conocer algunas de sus obras en la Revista Literaria "Los sábados, las prostitutas madrugan mucho para estar dispuestas" y en Revista Internacional de los Centros Iberoamericanos de Filosofía para Niños y Niñas y de Filosofía para crianças. Es, además, autor de numerosos artículos sobre escritura literaria y técnicas y recursos narrativos, publicados en diversos medios.
Desde hace doce años reside en El Perelló, Valencia, España.
Sinopsis de la obra
En uno de sus artículos sobre técnicas narrativas, Néstor Belda admite tener conciencia de la fragilidad de su oficio de escritor: "Sólo con palabras debo fabricar una vivencia que las trascienda y alcanzar la intimidad emocional del lector". En los diez relatos que componen "Todas son buenas chicas", la naturalidad y el juego con los escenarios y los detalles consiguen sumergirlo en otros mundos y en otras pieles. Cada historia nos muestra un escritor creativo y observador, capaz de construir un personaje en un par de líneas, poseedor de una habilidad pasmosa para comunicarse con el lector y hacerlo reflexionar.Para definir las diez historias que componen "Todas son buenas chicas", nada mejor que citar las propias palabras de Néstor Belda: "Confieso que al escribirlas, no pensé en una colección con un hilo temático; pero al reunirlas, lo advierto". Son diez relatos cargados de realismo, situados en una cotidianeidad que nos circunda, pero sobre la cual el autor vuelve con sentimiento de extranjería. En todos hay al menos una mujer que, sin importar si es protagonista o secundaria, siempre influye de forma decisiva en cada trama y en cada desenlace. Todas luchan por algo valorable, por algo de lo cual están convencidas; son inteligentes, audaces, románticas, luchadoras y, con sus errores y aciertos, con sus luces y sus sombras, como dice Néstor Belda, todas son buenas chicas.
Comentario
Leer a Néstor Belda no es fácil. No, si de verdad quieres entender sus historias. A primera vista, Todas son buenas chicas es un libro conformado por diez relatos que nos presentan situaciones cotidianas que cualquiera de nosotros puede haber vivido u oído contar. Sin embargo, cuando la lectura se hace más intensa, más profunda -y el autor se las arregla muy bien para lograrla-, esa aparente cotidianeidad se vuelve artificial y fingida. No hay nada vulgar en las historias de Néstor Belda, ni siquiera las situaciones que plantea, porque Néstor no se queda en ellas, no pasa de puntillas sobre la superficie. Néstor no nos está relatando un cuento. Nos está transportando directamente al corazón de la historia. A ese mundo que todos llevamos dentro, pero que jamás mostramos.
Néstor Belda lo hace visible para el lector. La aparente cercanía de los relatos no es tal. Con este libro, el lector debe prepararse para un viaje hasta el mismísimo núcleo de las entrañas en las que se custodian las emociones humanas. Ha de estar prevenido para ser testigo de la vulnerabilidad emocional de esta especie a la que él mismo pertenece, porque en cada uno de los relatos se le reta a evaluar la suya propia.
Y es que con estas diez historias, el autor propone al lector una especie de introspección personal que puede llegar a ser afilada como la cuchilla de una guillotina. Aunque, generoso, también le ofrece un camino hacia la redención: el de la propia reflexión.
Las mujeres que nos presenta el autor en estas diez historias no tienen, aparentemente, nada de particular. Son mujeres de hoy, con los problemas de hoy, personas que viven en el mismo mundo que el lector, pero cada una de ellas representa una parte de nuestro universo, y con estas dos palabras me refiero al de cada uno de nosotros. Todos hemos sentido celos, pena, envidia, rabia o temor... Cada una de las chicas de Néstor Belda es un trozo del lector y, con cada una de ellas, este va recorriendo su propio universo, reconociéndose en ellas y admirándose de lo que al fin es una paradoja inexplicable: la diferencia parte de lo común.
Escritas con una sencillez extrema, las historias alcanzan profundidades abisales. Es otro de los juegos con que Néstor sorprende al lector y su estrategia, como antes se apuntaba, para lograr de éste una lectura intensa y profunda. No hay relato en este libro que no te haga volver la página hacia atrás y te lleve a una relectura en la que, ¡eureka!, encuentras lo que el autor había escondido entre palabras de apariencia ligera.
Con narradores diversos, con chicas diferentes, e incluso divergentes, con espacios y situaciones que nada tienen en común, Néstor Belda construye un multiuniverso de las emociones humanas, algo tan cotidiano, tan cercano, que ya somos indiferentes a él, a sus olores, a su figura, a su tacto... Algo que nos pasa desapercibido en nuestro día a día. Para fortuna nuestra, siempre hay alguien que abre los ojos y observa. Ese es Néstor Belda, y en Todas son buenas chicas hace un retrato completo de nuestra naturaleza.
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