Año: 1998.
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración: 100 minutos.
Dirección: Danny Cannon.
Intérpretes: Jennifer Love Hewitt, Freddie Prinzew Jr., Brandy Norwood, Mekhi Phifer, Muse Watson, Jennifer Esposito, Jack Black, Matthew Settle, Bill Cobbs.
"Desde que Julie James y Ray creyeron matar al pescador Ben Willis - ya que su cuerpo nunca se encontró- el pasado los persigue. El temor y la paranoia los torturan complicando la relación con sus conocidos. Intentando despejarse, Julie, acepta la invitación de su amiga Karla Wilson para viajar a las Bahamas, pero le resultará difícil olvidarse de un hombre que se resiste a morir."
No es ninguna novedad que soy fanático de todo lo que escriba Kevin Williamson en materia de horror; a tal punto llega mi fanatismo que no se cual me gusta más: si Scream o Sé lo que hicieron el verano pasado. Cuando se programó una secuela para el inesperado éxito de Sé lo que hicieron... mis expectativas estaban por las nubes: ¿colver a ver a Julie James escapando? Hell Yeah!
Pero, ¿que pasó entonces? Hizo (casi) todo lo que una secuela no tiene que hacer: más muertes, mismos personajes + un par nuevos como carnadas, similar historia, más ambición.
La historia tenía todas las de ganar. Comenzando con una Julie todavía afectada por los eventos el verano pasado, poco y nada puede concentrarse en la universidad, volviendo en su mente una y otra vez a Ben Willis. Ray está lejos de ella, y cada vez más alejado, y sus amigos tampoco la ayudan, incluso su fiestera amiga Karla. Muy pronto el grupo de amigos estará en las Bahamas disfrutando de unas merecidas vacaciones, pero todo irá de mal en peor una vez llegados a la isla.
Digo que la historia podía haber sido mejor si al menos Kevin Williamson hubiera hecho un outline, un esquema de la historia.
Al desligarse completamente de la saga, el novato Trey Callaway se hizo cargo del guión, un guión tan forzado en sus lagunas argumentales y vueltas de tuerca (las mas idiotas que alguna vez haya visto en una peli del género) que todo logro anterior en materia de suspenso; hay grandes momentos bien creados a lo largo del metraje, como todo lo que sea referido a la desconfianza de Julie (y sus posteriores y bien dirigidos gritos - escena de la cama solar -) pero se van gastando con otros tan tontos como la 'aparición' del pescador en medio de una discoteca. Triste.
Al menos en el apartado Muertes, el factor se sube al máximo, teniendo más de una media docena de víctimas y manteniendo la sangre salpicando cada 15 minutos; se aleja un poco (bastante) de lo psicológico de la primera en donde las muertes estaban contadas a cuentagotas, pero al menos mantiene un buen gusto a Slasher. Incluso festejé la muerte de MÍNIMO SPOILER Jack Black, como odio a ese tipo FIN SPOILERS
Al menos hicieron que Jennifer Love Hewitt regresara y una vez más encarnara a Julie, una de las Scream Queen más estimulantes que la historia del género entregó en años. No sólo es un buen grito, sino también es de muy buen ver, y esa carita lastimera que lanza de vez en cuando es mortal. Menos tiempo delante de la pantalla pasa Freddie Prinze Jr, a quien su personaje le roba más cámara la Karla de Brandy Norwood (genial, aunque molesta a veces) y su novio Ty (aún más molesto Mekhi Phifer)
Muchas palabras no tengo para con el director Danny Cannon. ¿Será que no pudo meter mucha mano en la historia? Al menos se despacha unas cuantas escenas de suspenso bien logradas, al compás de la música de John Frizzell, que lleva al extremo el agudo musical para los sobresaltos.
Todavía se lo que hicieron el verano pasado es una relativamente regular secuela que levanta vuelo hasta cierto punto y luego vuelve a caer una y otra vez; al menos, diversión asegurada para una noche de películas tiene, pero no esperen mucho de ella.
Calificación: C+