Todo árbol muere de pie

Me encanta leer y aprender sobre todo lo que pueda. La lectura es un mundo de emociones, sentimientos, intelecto y sobre todo sabiduría. Hace poco leí en el muro de la red social de un buen amigo, un mensaje que decía: “Todo árbol muere de pie”, a mi me encantó y por supuesto lo tomé de forma personal, de como actuamos la gente valiente y luchadora; sin embargo, la investigación siempre me hará clic sobre cualquier tema e hice mi tarea, para ofrecer mi propia apreciación de dicho pensamiento.

Todos los árboles mueren de pie fue una obra teatral ingeniada por el dramaturgo español Alejandro Casona y fue presentada en Buenos Aires Argentina en el año 1946, y en 1951 en su versión película. Al leer la sinopsis e investigar un poco más acerca de personajes y demás datos de la misma, llego a entender el meollo del argumento y se trata de “hacer realidad ilusiones”, cuando llegué a esto suspiré porque aunque ya había pensado en escribir sobre el tema me doy cuenta de que al final se trata de esto; que a pesar de todo no dejar morir nuestras ilusiones y sueños.

Conozco personas cercanas que son como robles, pero me di a la tarea también de aprender de los robles para entender un poco acerca del perfil de la gente que se asemeja a uno.

El roble común es un árbol robusto que en espesura crece  con tronco derecho y limpio sin ramificarse hasta los 15 metros, sus raíces tienden a profundizar al año, suele tener una raíz central relativamente desarrollada y puede llegar a penetrar a una profundidad de un metro y medio en el suelo. Sus frutos centrales son las bellotas y estas maduran en otoño, siendo recogidas a principios del invierno.

Los mejores rodales aparecen en valles a laderas suaves con terrenos profundos, sueltos y frescos. Se defienden de las heladas tardías por el retraso de su brote y foliación, su madera es magnífica, dura y pesada; muy resistente a la pudrición y a la humedad y por eso la utilizan en construcción naval.

Los robles así como su madera son resistentes a la intemperie, golpes y vibraciones; da leña muy buena y también se usa en acciones curativas.

El roble común es bellísimo.

Después de esto describo a la persona roble, primero crece derecha y limpia,  es integra en mis palabras, de raíces profundas, es decir, es persona de valores, de familia, respetuosa. Sus frutos son concebidos en otoño pero listos para ser recogidos en invierno, en otras palabras, se programa y se alista para en tiempos difíciles tener lo necesario para subsistir.

Se defienden de las heladas, en medio de sus debilidades se protegen, no temen al mal tiempo, permanecen de pie y cuidan su vulnerabilidad, para poder servir en grandes proyectos de vida.

Son personas fuertes, la madera del roble es resistente a la intemperie, los golpes de la vida no los quiebra, sino los hace más fuertes, soportan grandes dolores y tristezas, desilusiones.

Al final de todo, van a producir positivamente y tendrán cualidades curativas, en mi versión, podrán ayudar a otros basados en su experiencia, en lo que han vivido. Tomando en cuenta todas estas características contribuirán al desarrollo y crecimiento de personas más débiles o con necesidades.

Serán personas bellísimas, con carácter y determinación para enfrentar las situaciones difíciles de la vida, y bellas porque aprenderán a sonreírle a la vida en sus distintas etapas, súper positivas, alegres y resplandecientes de vida; las otras personas los verán y desearán ser como ellos, serán focos de admiración y personas muy amadas, nobles también,  porque han aprendido de los golpes de la intemperie y no se han dejado vencer, los han maltratado y herido pero no destruido y optaron por aprender y ser agradecidos con el momento o situación.

Podrán ser como un árbol que corten todas sus ramas, pero debido a su firmeza se mantendrán de pie, esperando seguramente el próximo otoño para que ramifique y crezca fruto nuevamente.

Hasta seguramente, los han querido matar tratando de cortarlos y obtener su esencia, pero no han podido siguen de pie, porque es más fuerte su espíritu que todo el daño que les han querido hacer.

Son personas que lloran, que se conmueven con su sufrimiento o con el de alguien más, pero no pierden la fe ni la esperanza, porque saben que a la vuelta del mal tiempo que abatió contra ellos y arrebató sus ramas, hojas y frutos más hermosos, vendrá una nueva cosecha y tiempo para volver a empezar.

Como mencioné conozco en el tránsito por esta vida, personas robles y sencillamente he descrito las cualidades que he visto en ellos y ha sido un privilegio conocerlos y aprender de ellos.

Son personas dignas, admiradas y muy llenas de vida, a pesar de que quisieron cortar sus ramas, y me imagino que si hubieran podido acabarlos y hacer leña de ellos, sería la mejor leña y sería usada para producir los mejores sueños e historias.

“¿Y tú? De qué clase de madera estas hecho”

“Mi vida: río de sensaciones, carretera de curvas y resaltos, pero mi vida sin lugar a dudas es una incansable amiga que se va cuando ya nada más te puede pasar” (Anónimo).

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