¿De qué trata este post?
Búsquese un buen enemigo, cualquier cosa que previo al sufijo “ismo” suene bien y tendrá a Dios agarrado de las barbas, será seguido, será aplaudido, y se le perdonaran los disparates. Es un fenómeno bastante viejo. Los hombres, desde siempre, reaccionamos más al miedo que a la razón, somos más moldeables, y “carnerizables” cuando huimos de algo que cuando vamos tras algo.
El totalitarismo comunista por ejemplo les extirpa todo a los pueblos donde se instala para defenderse del capitalismo brutal, y ahí mismo, viendo desmembrarse la sociedad entera, la voz de quien nos protege casi no se escucha apabullada por los vítores y aplausos de los protegidos. En Latinoamérica vemos nuevos dioses, Correa, Ortega, Evo, quienes como deidades al fin y al cabo, quieren estar para siempre protegiendo a sus feligreses, el factor común es que todos tienen un diablo, sin él no serían nada.
El secreto para gobernar a lo fácil ya no es lo que se vaya a hacer en aras del bienestar de la gente, sino contra lo que se va a luchar para proteger del mal a la gente. Algunos le llaman a eso populismo, yo me incluyo en esos que así lo definen.
¿El enemigo? Cualquier cosa que seguido de ismo suene pegajoso. No importa si existe, no importa si ese despiadado ente es sencillamente parte de la evolución natural de nuestra especie, y sobre todo, no importa lo que sea el individuo potencial beneficiario de la protección del Dios, el saco para meter al enemigo es tan elástico como el enemigo mismo, un día estas dentro, y otro afuera, y tú no cambiaste, eres el mismo de siempre… nada, cosas de locos. Y es que, pensándolo bien, Satanás lo mismo mata que provoca orgasmos, todo depende de lo que se quiera y así queda el enemigo hecho a imagen y semejanza de las necesidades del protector.
¿La gente? Segura, tranquila, relajada. A salvo del capitalismo en el cual, casi siempre por vago, poco emprendedor, y hasta llorón, no pudiste salir adelante, o del globalismo en el que, casi siempre por lento no encuentras tu lugar. O del terrorismo, o lo que sea, a salvo. Lo difícil es hacerle ver a alguien que se siente seguro que a veces el remedio es peor que la enfermedad que dicen curar, y peor aún, a veces la enfermedad esta inflada, o incluso inventada, porque no hay Dios sin Diablo.
Ah y para no dejar preguntas sin respuestas ¿Qué de que trata el post? Pues de Donald Trump, ¿de quién más?
Evelio
Costa Rica