Al evidente problema racial existente en Estados Unidos, tantas veces retratado en sus películas, se añade un factor social que vincula a los barrios marginales con la violencia, una realidad llevada también al cine en infinidad de ocasiones. Hace algunas semanas la plataforma audiovisual “Netflix” estrenó “Todo el día y una noche”, film que pretende aportar una nueva visión del eterno problema de la crueldad que se desarrolla en los suburbios, especialmente entre afroamericanos y jóvenes. Sin embargo, pese a la verosimilitud de las penurias que muestra y a una incuestionable labor de denuncia implícita, ni ofrece elementos novedosos ni contiene virtudes cinematográficas. El largometraje se mueve en los parámetros de la mera corrección técnica y artística, pero con el lastre de ofrecer un mensaje repetido y una historia manida que, a estas alturas, resultan un tanto cansinos. Dirige la cinta Joe Robert Cole, responsable también del guion. De hecho, colaboró como escritor en el éxito de taquilla “Black Panther” y posee un reconocido bagaje como productor y guionista de la serie televisiva “American Crime Story”, uno de cuyos episodios le reportó una nominación al Emmy. A pesar de no poderle atribuir grandes ni graves errores, lo cierto es que conduce la narración de un modo anodino, carente de nervio y brillantez. Es más, su marcada tendencia a reflejar la violencia, la marginalidad y la pobreza como pantalla de las injusticias que relata, acaba por resultar endeble. La etiqueta de “soy delincuente por culpa de la sociedad” sólo sirve durante unos minutos de la proyección, pero termina por ser insuficiente para una película que supera la hora y media de duración. El joven Jahkor ha sufrido desde niño la violencia de su padre, asumida como una forma de prepararle para la dura vida en las calles. Su madre, por el contrario, ha intentado evitar que se acostumbre a esa práctica como modo de supervivencia. A pesar de ello, el muchacho se adentra en el mundo de la delincuencia y acaba entrando en prisión. Ya entre rejas, inicia una reflexión acerca de las circunstancias que le han llevado a esa situación e intenta recuperar la relación con ese progenitor al que nunca se ha querido parecer. El verdadero inconveniente no estriba sólo en que este trasfondo se haya visto cientos de veces, sino también en que su relato es monótono; los personajes, previsibles; la trama, conocida; y la moraleja, aprendida hace años. Así las cosas, su oferta es mínima, habida cuenta que todo se ha filmado antes y, además, mejor. Cabe valorar, no obstante, el interesante elenco de actores encabezado por el joven Ashton Sanders, visto en la oscarizada “Moonlight” (por la que recibió junto al resto de sus compañeros de reparto el galardón “Robert Altman”, otorgado en los Independent Spirit Awards), en la segunda parte de “The Equalizer” y en “Straight Outta Compton”. Consigue sacar adelante su personaje sin demasiado esfuerzo ni especiales méritos. Le acompaña Jeffrey Wright, un peso pesado entre los secundarios de Hollywood, de rostro muy conocido aunque alejado de los focos mediáticos, y que ha participado (siempre a la sombra de una estrella) en decenas de títulos tan conocidos como “Presunto inocente”, junto a Harrison Ford; “Ali”, con Will Smith; “El mensajero del miedo”, en compañía de Denzel Washington; “Syriana”, protagonizada por George Clooney o “Casino Royale”, compartiendo cartel con Daniel Craig. Interpretó su papel más relevante en “Basquiat” (1996), a las órdenes de Julian Schnabel, dando vida al polifacético artista. Junto a ellos figuran Regina Taylor (“En honor a la verdad”, “Negociador”) y Jalyn Hall (“La casa del reloj en la pared”, “Shaft”).
Trailer
Datos del filmeTítulo original: All Day and a Night Año: 2020
Duración: 121 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Joe Robert Cole
Guion: Joe Robert Cole
Música: Michael Abels
Fotografía: Jessica Lee Gagné
Reparto: Jeffrey Wright, Yahya Abdul-Mateen II, Ashton Sanders, Regina Taylor, Jalyn Hall