Revista Opinión

Todo en Noruega es perfecto

Publicado el 04 septiembre 2012 por Pelearocorrer @pelearocorrer

 

Vuelvo cargado de tópicos.

Todo en Noruega es perfecto

Foto de portada por: Trodel

Este país es una mierda.

Después de pasar dos semanas en cualquier sitio uno cree saberlo todo de ese sitio. En Noruega viven unos tíos muy altos, muy rubios, muy silenciosos. En Noruega parece que uno vive dentro de la postal que cuelga desastrosa en su cocina. Todo en Noruega en muy; los noruegos son muy ricos, muy estirados, muy guapos, muy respetuosos, muy educados; todo parece perfecto y uno se siente un guiri desaseado, analfabeto y vulgar. Noruega es el lujo del mundo. Me pregunto por qué los noruegos son tan listos y nosotros tan tontos; me pregunto por qué España siempre ha sido el primo pobre y acomplejado de Europa; me pregunto, en fin, qué hay que hacer para formar parte de esa Europa cívica, elitista en respeto, admirable en humanidad. Quizá la clave esté en la geografía y el clima, no en vano las zonas más fértiles de la península Ibérica se encuentran en el Norte. El paisaje es el carácter; a muchos no les gustará semejante afirmación, determinista y trágica, yo creo fervientemente en las cadenas de la Tierra. Somos el paisaje que nos vio nacer.

Desde que echara a andar el siglo XX España ha sentido que no formaba parte del tren siniestro a veces, profundo otras, de la gran Europa. Las raíces de este desencuentro hay que buscarlas en los siglos XVIII y XIX, cuando el imperio ya desaparecido trata de buscar su posición en el mapa del mundo. España nunca ha sabido reconocer sus errores, y por lo tanto ha seguido cometiéndolos.

Noruega era un país irrelevante desde un punto de vista político y económico, hasta los años sesenta del pasado siglo, cuando se descubrieron los grandes yacimientos de petróleo y gas del mar de Norte. A partir de ese momento la economía noruega despega espectacularmente y en muy poco tiempo se convierte en una de las economías más importantes del Planeta. Desde entonces no ha dejado de crecer; la crisis no ha pasado por la tierra de Ibsen y Hansum.

Dos cosas me han llamado la atención poderosamente: una; las infraestructuras del país no son espectaculares, al menos no lo son a la manera de, por ejemplo, la red de tren de alta velocidad que tenemos en España… y dos; funcionan a la perfección.

Un ejemplo un poco naif e inocente: carecen de autopistas, cuentan solo con dos pequeñas arterias de asfalto, una para salir de Bergen y otra para salir de Oslo, el resto del país queda comunicado por estrechas carreteras que parecen a punto de la inundación cuando llueve, es decir, casi siempre. La comparación es evidente: en España nos encanta fardar de autopistas radiales (por las que hay que pagar), en Noruega tratan de hacer que lo que ya tienen siga funcionando por mucho tiempo. Se me objetará que un factor muy importante es la baja densidad de población del país nórdico; de acuerdo, pero no olvidemos que Noruega es el destino turístico número uno de Europa, esto quiere decir que sus carreteras han de soportar una carga similar a la de países de mayor demografía.

Una sensación que me ha gustado mucho: en Noruega parece mandar la madre naturaleza, y sus caprichos se acatan sin resignación, con gratitud. En España estamos demasiado pendientes del clima para llevarle la contraria o para echarle la culpa de nuestro estado anímico. El noruego parece que dice: bien, hoy llueve, no puedo salir a pescar, me quedaré en casa. El español parece que dice: hostias puta, llueve, ¿qué coño hago? El noruega parece fascinado, el español fastidiado.

Los hombres somos una especie extraña; bajo los mismo estímulos e idénticas situaciones, los simios, los leones, los elefantes, se comportan siguiendo patrones que facilitan la comprensión de la especie a la que representan. En el caso de los humanos toda cosificación, todo intento por comprender el mecanismo de una sociedad se estrella contra el muro del caos. Bajo las mismas circunstancias un hombre es capaz de matar o de dar su vida por otros, no olvido el caso de Breivik, tampoco el extraño país de los venezolanos.

Me pregunto que sería de España si finalmente se encontrara petróleo en las Islas Canarias.


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Por  Alejandra Quesada Navarro
publicado el 21 junio a las 06:26

Vivo en Noruega... Ese artículo es muuuuuy superficial!