Sentado cómodamente en mi silla giratoria, pienso en la grandeza del humano, que ha sido capaz de crear todo (o casi todo) lo que se ha planteado, cada día me sorprendo más del actuar del hombre en sociedad, por un lado los creadores y por otro los destructores.
Vivimos en un mundo que se mueve sobre la base de la competitividad, cuando debería ser sobre la base de la hermandad, tomando en cuenta que la unión hace la fuerza, luego reflexiono que de darse el segundo escenario, dónde quedaría el ego y la vanagloria, todos de cierta manera y hasta cierto punto somos egocéntricos, como parte de la información genética, aunque hoy día, los medios sociales impulsan en gran medida el individualismo, ser tú y sólo tú, dueño y señor del universo, esto lo vemos reflejado cada año, entre grandes millonarios peleándose lugares para saber quién amasó más fortuna, cuando sería más dignificante cada año dar de forma personal, evaluar qué tanto bien hicimos a la sociedad, qué tanto aportamos, pero en fin, como dice un dicho popular, cada cabeza es un mundo y en ese mundo ocurren un sinnúmero de ideas que luego nos permiten actuar. Todo es posible, no es un título para atraerte únicamente, más bien es una verdad cuasi absoluta, lo escribo desde la experiencia, recuerdo que cuando niño soñé con escribir un libro, actualmente tengo dos publicados y trabajando el tercero, soñé con el amor y ahora tengo la dicha de tener tres amores, que son mi vida, está claro que no sólo se trata de soñar, para ello es fundamental actuar, te diré que la base de mis logros ha sido sin duda, la educación, educación que me abrió nuevas puertas, nuevos horizontes, mi forma de pensar se expande en la medida que me preparo académicamente. Todo es posible, pero debes también controlar tu mente y no soñar con vacíos, que tu lucha siga, no desmayes, tarde o temprano, tu sueño se hará realidad.
Autor: Edwin Yanes
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