Descubrí a Elizabeth Strout con Me llamo Lucy Barton, una novela intensa y llena de sensibilidad que dentro de su sencillez escondía mucho más de lo que aparentaba así que cuando por sorpresa llegó su nueva publicación a mis manos estaba deseosa de reencontrarme con su prosa. Hoy os hablo de Todo es posible.
Sinopsis
Una famosa escritora vuelve al Medio Oeste americano, a la ciudad de su infancia, y desencadena una serie de historias narradas por aquellos que la conocieron: recuerdos de soledad y condescendencia, sutiles y poderosos sentimientos; y el siempre creciente abismo entre el desear y el tener.
Mi opinión
Todo es posible, casi más una colección de relatos que una novela en sí misma, retoma el personaje de Lucy Barton aunque en esta ocasión la narración no se centra en ella, sino en distintos personajes en los que de un modo u otro ella ha influido ahora que es la imagen del éxito, una imagen diametralmente opuesta a la de aquella niña y joven a la que conocieron en Amgash, en lo más profundo del Medio Oeste americano. De este modo nos adentraremos en la vida y emociones de muchos de los personajes que a través de los recuerdos de madre e hija tuvieron una presencia fugaz en la anterior novela.
Con todos ellos la autora, además de completar la biografía de Lucy Barton revelando muchos aspectos que quedaron meramente esbozados entonces y ofreciendo los detalles de las razones que la impulsaron a abandonar su ciudad natal, realiza una disección de la condición humana a través de una vida rural, casi extrema en ocasiones y muy alejada de cualquier imagen bucólica, para mostrarnos una cotidianidad cargada de secretos. Y vuelve a hacerlo con la sensibilidad que ya conocí en Me llamo Lucy Barton y con esa capacidad que tiene para meter de lleno al lector el libro y hacerle empatizar con los sentimientos de sus personajes que se nos muestran desnudos de aritificio, con todas sus debilidades sin tapujos.
La contención y la austeridad son las claves en el estilo de Elizabet Strout cuya prosa rebosa una sencillez poblada de matices cuando nos muestra las luces y las sombras de los personajes, cuando retrata una comunidad casi endogámica y cuando construye ambientes asfixiantes a los que consigue trasladar al lector para tratar temas atemporales y universales como lo son la religión, las relaciones familiares, el amor y el sexo.
Todo es posible no es la continuación de Me llamo Lucy Barton aunque pudiera parecerlo por lo que podréis disfrutarlo tanto los que ya conocéis la novela como los que no.