Revista Libros

'Todo eso que tanto nos gusta' de Pedro Zarraluki

Publicado el 14 noviembre 2011 por Marianleemaslibros

Los tres personajes importantes de esta historia Tomás, Ricardo y Cristina, tienen algo en común, ven como sus vidas se tambalean por razones similares: Tomás ha dejado a Cristina por una mujer más joven, la mujer más joven ha dejado tirado a Tomás por no se sabe que razón y Ricardo, hijo de ambos, también acaba de romper su relación con Clara, tras muchos años de convivencia.
La trama  empieza cuando Tomas,  jubilado y aburrido de vegetar frente al televisor día tras día, como quien dice viendo la vida pasar, huye con todas sus pertenencias y su viejo coche, rumbo a un viaje ficticio, al palacio de Potala (Tibet) su sueño desde siempre inalcanzable. Pero el destino le lleva a instalarse en un pueblecito del norte de Girona, donde la vida transcurre más despacio, donde los problemas no parecen tan importantes, encariñado y arropado por los vecinos que consiguen que se sienta como en su propia casa, bueno en realidad mucho mejor que en su propia casa.
Cuando la policia descubre su paradero, Ricardo, envuelto en su propia crisis personal, preocupado e instado por su madre Cristina, decide ir en su busca para convencerle de que regrese a Barcelona. Pero lejos de conseguirlo, lo que se encuentra es "con un Tomás distinto, que se ha inventado una vida, que disfruta de una insólita y despreocupada felicidad, que ha establecido un pacto con el mundo, que se divierte muchisimo con todo lo que sucede a su alrededor y que se ha vuelto peligrosamente accesible, pero de una manera consciente, premeditada. ¿Era posible que el trabajador obsesivo, el padre siempre adusto de su infancia, el anciano derrotado se hubiera convertido en otro hombre?"

Sin casi apenas darse cuenta, Ricardo, que lo ha perdido todo y Cristina, que secretamente ya ha perdonado a Tomás, se ven acomodados en ese pueblecito, e integrados en los cotilleos, enredos y sucesos de los lugareños.
¿Que acontecimiento familiar trágico afectó a los tres protagonistas en el pasado y desequilibró irremediablemente sus vidas?
¿Conseguirá Tomás entrar en su particular "Palacio de Potala"?


Mi conclusión final
No sé con certeza lo que me llamó la atención de este libro. Pero cuando cayó en mis manos en la biblioteca, sentí el deseo irrefrenable de llevármelo.
Se lee bien, rápido, y el argumento te llega, aunque es cierto que en algunos momentos determinados me aburrió un poco, sólo un poco. No se porqué razón no ha conseguido llenarme del todo, para mi gusto el autor no ha conseguido que fuera perfecto, quizás porque se explaya demasiado en algunos aspectos, en algunas explicaciones, que creo se podía haber ahorrado.
Es totalmente inevitable cogerle cariño a ese viejito gruñón que huye,  se puede decir que de si mismo, arrastrando consigo a su exmujer y a su hijo, intentando dar un giro a su vida para poder descubrir el secreto de la felicidad, haciendo esas pequeñas cosas que tanto nos gustan y que tan poco hacemos...
Pero en general, es una novela muy bien escrita, que me ha gustado y que recomiendo.
Algo sobre el autor

Este autor catalán publicó su primer libro en 1979 con veinte años (La décima sinfonía) y cuenta con varios premios en su haber, entre ellos un Nadal en el año 2005. Tras más de dos décadas de carrera, ha logrado prestigio entre la crítica y el público, tanto como novelista como narrador de relatos, siendo estos últimos traducidos a diversos idiomas (los más reconocidos: "Galería de enormidades" y "Retrato de familia con catástrofe")
Sus novelas:

  • El responsable de las ranas (Premio Ciudad de Barcelona en 1990 y Premio Ojo Crítico)
  • La historia del silencio (Premio Herralde de Novela en 1994)
  • La noche del tramoyista (1996)
  • Para amantes y ladrones (2000)
  • Un encargo difícil (Premio Nadal 2005)
  • Todo eso que tanto nos gusta (2008)


Los tres protagonistas de la historia:

  • Tomas: un hombre en la recta final de su vida, despegado, gruñón, solitario, soberbio, siempre entregado sólo a su trabajo, que no acepta recibir nada sin dar algo a cambio. Fanático del equilibrio en los débitos, hasta el punto de hacer a todos un regalo el dia de su cumpleaños para compensar lo que otros pudieran haberle comprado.
  • Cristina, su ex mujer, siempre muy segura de si misma, acostumbrada a llevar las riendas de la familia y que aunque le cueste reconocerlo, adora a Tomás 
  • Ricardo, el hijo de ambos, con una existencia tediosa y un trabajo que le proporciona pocas satisfacciones, desde siempre enamorado  de su cuñada Susana, fallecida poco  tiempo atrás.


Los vecinos del pueblo:

  • Lola, la dueña de la fonda donde se alojan, que alquila habitaciones también a las prostitutas de la carretera. Una mujer pequeña, flaca, con carácter, que ya al darle las llaves de su habitación, sentencia con imprevista ternura: "aquí se puede ser feliz"
  • Roberto e Irene, dueños del bar de la estación, con una preciosa historia en común: cuando Roberto llega un día de paso por el pueblo, conoce a Irene, se produce entre ellos un flechazo y nunca más partió.
  • Su hija María, la taxista del lugar, personaje tierno y peculiar, siempre con su gato entre las piernas, que consigue encandilar a Ricardo con esa esencia intima e impenetrable que también le recuerda a Clara. Le atraía la ciudad, pero al mismo tiempo le daba miedo, así como el paso que estaba a punto de dar, su matrimonio con Joan, un jardinero que a veces trabajaba de albañil. 
  • Marcelo, el gran amigo constructor de Tomás, embelesado por la literatura y su mujer ciega, Paquita. Él se dedica a cuidarla, a leerle libros y a hacerla reír
  • La italiana, Bárbara Baldova, mujer madura, dueña de una gran fortuna y con un gran proyecto en la cabeza: crear un lugar de acogida para artistas en el pueblo, enredando para sus propósitos a Ricardo como su abogado y a Tomás como su arquitecto, ofreciéndoles trabajo a ambos.


Cuando Ricardo llega al pueblo en busca de su padre, espera encontrárselo deprimido, desmotivado y nunca más lejos. Al principio, no puede evitar su incredulidad ante un cambio de tal embergadura: "No me gusta que engañes a esa gente. Tu nunca has sido simpatico ni disfrutas con los demás.Siempre has sido un hombre preocupado, hipocondríaco, muy trabajador y extremadamente soberbio. No eres un hombre agradable, papá. Sabes que te quiero, pero no eres agradable".  Pero a fuerza de reencontrarse como padre e hijo, se va convenciendo de que se ha producido esa transformación, que muchos consideran imposible a esas edades.
Sintiéndose feliz rodeado de toda esa gente, con la idea de regresar pronto, viaja a Barcelona, para atender asuntos de trabajo y se encuentra con que su socio quiere cerrar el buffet de abogados que comparten y que se ha llevado a todos los clientes. Pero como no hay mal que por bien no venga, pronto es consciente de que lo que parecía una fatalidad en realidad es su oportunidad de empezar de cero, aceptar el trabajo ofrecido por la italiana y quedarse en ese pueblito que le ha hecho recuperar la ilusión.
Además, Cristina, que está celosa de la nueva vida de Tomás, también se vuelve con él. En su fuero interno ya ha perdonado a Tomás y además es el único hombre capaz de bailar con ella hasta el amanecer...
Los tres van enderezando sus vidas, compartiendo recuerdos del pasado, de la infancia Y así es como Ricardo se entera de algo que le habían estado ocultando. Su hermano pegaba a su cuñada Susana. Sus padres siempre creyeron que fué sólo una vez, pero un día Susana amaneció muerta y David despeñado en un terraplén. Ese sentimiento de culpa por no haber sido capaces de vislumbrar la magnitud del problema, es lo que llevan arrastrando sus padres. Por fin comprende algunas cosas.
Y al final, todo se recompone, vuelve a su lugar. "Y así, del brazo de Cristina, entró al fin en el Palacio de Potala..."


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