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Todo está bien (Yves Christian Fournier)

Publicado el 25 julio 2016 por Julia
Presentación realizada por Alan Pauls el 07 de abril de 2010 en el cicloNuevo cine canadiense en Primer Plano I.Sat.

Transcripción del siguiente enlace audiovisual: https://vimeo.com/10721203

Todo está bien (Yves Christian Fournier)
Buena parte del Siglo XX consideró la adolescencia como una edad de paso, una transición, un simple pasillo vital; hasta que en 1951, con una novela llamada El cazador oculto, el norteamericano J.D. Salinger le dio una identidad propia y la convirtió en un lugar habitable. Así es la adolescencia en Todo está bien (la ópera prima del canadiense Yves Christian Fournier) un lugar habitable, con límites, reglas y una atmósfera propia, pero un lugar precario, tenso amenazado.Josh, el protagonista de Todo esta bien, es un típico adolescente de los alrededores de Quebec. Su vida es su mal humor, su ipad, su skate, el campo de deporte de su escuela, su irritante psicólogo con barba; hasta el día en que (sin señales ni avisos) cuatro de sus mejores amigos deciden suicidarse.La tragedia es tan atroz que anestesia a todos los deudos bajo una capa de dolor helado, sobretodo a Josh, porque Josh es el sobreviviente, es el que estuvo ahí como los otros, en el mismo mundo, era uno de ellos, pero ellos están muertos y él no. De ahí que la mirada de todos se clave en él como en un oráculo, quizás él pueda contar el cuento de lo que se llevó a los otros a la tumba. Pero si Todo está bien elude la complacencia y el paternalismo con que el cine a menudo trata la vida teenager es porque no juzga nada y también porque no reduce la tragedia que narra a ningún mecánico resorte psicológico o social. Si de tanto en tanto alguna ráfaga de pasado interrumpe el duelo cotidiano de  Josh  son apenas esbozos de una vida compartida que acaba de hacerse pedazos.Suerte de versión masculina y canadiense de Las vírgenes suicidas (la novela de Jeffrey Eugenidesy el film lanzó como directora a Sophia Coppola) Todo está bientiene mucho que decir sobre el dolor, la pérdida y la imposibilidad de consuelo; su verdadero tema, sin embargo, es mas áspero y mas perturbador que el porque de esas cuatro muertes precoces: es la culpa de haber sobrevivido.

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