poco a poco, todo ha ido llegando en trenes.la infancia, llegaba en el tren de la Feria,
las tardes de agosto y manzanas de caramelo,
hasta el día en que la bruja, vendió su escoba.la adolescencia, en el del carbón,
atravesando desafiante el Moll de la Fusta,
haciendo del mar, algo inalcanzable.la juventud, en el de la costa,
abarrotado de polizones sin billete,
sin libertad y sin futuro.el amor, en el de las 19:05 h.
de aquella tarde de octubre y se detuvo
en aquél apeadero para siempre.la vida en definitiva, en el de a diario,
entre lo cotidianamente establecido
y lo absurdamente deseado.el último...¿quién sabe?
el último, que vaya con retraso.
a ser posible, a vapor, de largo recorrido
y en dirección al invierno.