El exótico Hotel Marigold no ha sido un gran taquillazo ni lo va a ser a estas alturas. Pero algo tendrá esta película para que los multicines que tengo cerca de casa la hayan mantenido en cartel durante cuatro meses. No sé si clasificarla como comedia dramática o como drama con risas, aunque supongo que eso de las etiquetas da igual cuando una historia te hace pasar dos horas agradables.
Se trata aquí de hacernos ver que la vejez puede ser un período fantástico dentro de la vida. Tras diversos avatares, un grupo de jubilados llega a la India y se aloja en un hotel de Jaipur regentado por Sonny, un chico ingenuo y asombrosamente optimista que intentará convertir su estancia en algo agradable a pesar de que su hotel no es lo que todos esperan. La India es el lugar en el que, para bien o para mal, algo zarandeará sus existencias. En definitiva, han viajado hasta allí para intentar darles un giro y tratar de reinventarse emocionalmente. Sin duda será así.
De John Madden me gustaron Su majestad Mrs Brown y Shakespeare in love. En ambas aparecía Judi Dench, esa extraordinaria actriz británica que aquí también ofrece una interpretación admirable. En general, todos los actores están espléndidos, aunque añadiría a la lista de méritos a los grandes Maggie Smith y Tom Wilkinson, que consiguen conectar con el espectador con mayor intensidad que el resto.
El exótico Hotel Marigold no deja de ser la combinación de los momentos protagonizados por unos y otros, alegres o desgraciados, que conviene ver en versión original (se disfruta muchísimo de la dicción de los actores). Ya puestos, podemos aplicarnos la falta de pretensiones de la película y del mensaje del dicho indio que Sonny recuerda a sus huéspedes: "Al final, todo irá bien. Por lo tanto, si no va todo bien, es que todavía no es el final”.