Todo preparado. Bueno, casi todo, que nos falta lo de poner el zapato y el pequeño tentempié para Sus Majestades. Pero el resto, sí, el resto ya está: el roscón -relleno de nata y trufa, que no sabía yo qué les gustaba más a Él y a Niña Pequeña y he tomado una decisión salomónica en medio de la cola de la panadería-, la hora de la cabalgata anotada en el calendario de la cocina, las luces del árbol revisadas para la noche y las ramitas del Belén retocadas (que a estas alturas ya empiezan a fallar los detalles naturales por falta de espacio, agua, luz o qué sé yo). Incluso hay una nueva versión de las cartas de petición para esta noche, hechas por Niña Pequeña, con portada incluída y dibujos temáticos. Y el aviso este de última hora, porque el reloj va bien lento hoy:
- Mamá, hoy no te quedes hasta tarde leyendo, que vienen los Reyes Magos, y si te ven despierta...