Estupendísima novela de James Salter (Nueva York, 1925) donde nos cuenta la vida a partir de los veinte de Phillip Bowman, el protagonista del libro. Publicada en el 2013, la aparición de Todo lo que hay se convirtió en todo un fenómeno editorial en Estados Unidos. En esta historia se cruzan el amor, el desengaño, la ambición profesional, la venganza... etc. Vamos, un millón de matices que son los que conforman una vida.
Ambientada en la época dorada que siguió a la Segunda Guerra Mundial, Salter nos ofrece primeramente a un Bowman oficial en las batallas navales de Okinawa, para después pasar por Harvard y mostrarnos la evolución de este personaje a través de su entrada en una pequeña editorial de renombre en Nueva York. Cenas, cócteles, mujeres, intelectuales y conversaciones de madrugada es lo que acompaña a Bowman y en el que siente como pez en el agua. Bowman es un hombre atractivo, serio, profesional, de hecho, en mi mente se aparecía Don Draper, el protagonista de la serie Mad Men, y no me extrañaría nada que los de la serie se hubieran basado en este personaje, pero es poco probable ya que la serie apareció antes que la novela así que desechamos esta hipótesis sobre la marcha.
El estilo narrativo de Salter es de una linealidad y una elegancia digno de admirar. Me encanta cómo escribe este autor y cómo relata las diversas emociones de los personajes.
“Le gustaba leer acompañado por el silencio y el color ambarino del whisky. Le gustaba la comida, la gente, conversar, pero la lectura era para él un placer inagotable. Aquello que la delicia de la música representa para otros, era para él la palabra sobre el papel.”