Hace tiempo que quería inaugurar esta sección en el blog, porque me parece bien eso de aprender cosas, pero me pareció aún mejor la idea de reflexionar sobre las cosas que aprendemos día a día, que nos hacen crecer y nos hacen más grandes. A veces no son cosas extraordinarias ni gente extraordinaria, porque muchas veces aprendemos de las cosas más pequeñas, pero es bonito eso de quedarte con las cosas que algo te enseña, sea cual sea su tamaño o el impacto que tenga en tu vida. Y además de bonito, muchas veces es fácil de olvidar: un día está ahí, latente en tu cabeza, y al día siguiente se ha ido. Por eso quiero contaros todas las cosas que sé y que aprendí por culpa de algo o alguien, sea lo que sea.
Y quería empezar esta reflexión con un libro, un libro especial que me ha gustado (qué pequeño queda "me ha gustado"), que me animé a leer porque escuché maravillas de él, y que una vez leído doy gracias a quienes me ayudaron a decidirme.
TODO LO QUE SÉ LO APRENDÍ DE... Las ventajas de ser un marginado (Stephen Chbosky)
Aunque a alguien pueda parecerle que exagero, tengo que decir que Las ventajas de ser un marginado me parece un libro perfecto (y está escrito en forma de carta, ¿recordáis?). A través de los ojos de un chico muy especial, Charlie, descubrimos las cosas que tiene esta vida y no lo hacemos a través de clichés desgastados y de más de lo mismo, sino de un personaje bien trabajado y nada común, que se relaciona con otros personajes igualmente bien trabajados, que piensa demasiado deprisa, que lee mucho, que siente cosas hermosas y cosas horribles y desgarradoras y que es uno de los personajes más humanos que he leído. De esos a los que te gustaría abrazar, con los que te gustaría reír y a los que cuesta no cogerles cariño. Y así, sin querer tirarle más flores a esta novela perfecta a riesgo de repetirme y de perder credibilidad, diré que de Las ventajas de ser un marginado he aprendido tres cosas (que ya sabía, pero que me ha gustado recordar que sabía):
1. Que la vida está aquí para algo, y que tenemos que saborearla y exprimirla, que tenemos que hacer cosas y no esperar a que las cosas ocurran.2. Que la vida es mejor cuando se comparte con amigos y con familia, por muy imperfectos que sean y por mucho que nos saquen de nuestras casillas a veces.3. Que un buen escritor se hace leyendo mucho, muchísimo.