Nos acercamos a ver la exposición sobre los Mitos del Pop en el Thyssen antes de que la quitaran. Y me quedé a medias. Buena estética, buena intención, pero un resultado final algo fallido. Quizá la levedad del pop no permita mucho más. En cualquier caso, ya me ha pasado con alguna exposición más de las suyas: desde Hopper aún sigo esperando a la siguiente. En el triángulo de Madrid, el único vértice que es siempre una garantía es el del Prado, al menos en cuanto a exposiciones. Ya siento ser tan tajante.
Así que, si no la vio, desocupado lector, creo que no se perdió gran cosas.