En Cataluña se han manifestado este fin de semana con uniformes paramilitares y banderas españolas y señeras legales cerca de 1.500 exlegionarios de la región, que se proclamaban dispuestos a entregar “Todo por la Patria”.
Decían contestar así a los contantes desfiles de los separatistas burgueses de la antigua CiU, aliados ahora a sus enemigos de clase, los antisistema de la Candidatura d'Unitat Popular (CUP), también separatista.
Durante la Guerra de la Independencia un periódico de Cádiz reseñaba el primer uso de ese lema: fue el intendente Rivas, que llamó a los españoles el 2 de mayo de 1812 a “sacrificar Todo por la Patria”.
La expresión nacía para envalentonar a quienes iban a matar y morir, algo que los independentistas llevan mucho tiempo fomentando con sus banderas esteladas en manifestaciones, algunas nocturnas de antorchas, símbolo paramilitar de patriotismo.
Debe preocupar el choque ideológico: patriotas de la nación española y los del independentismo exhibiendo similar lema en las mismas áreas de Barcelona.
Cuya alcaldesa, simpatizante de los antisistema, casi todos independentistas, les disculpa su vandalismo tras ser desalojados de un edificio que habían “okupado”, mientras le pide a los mossos d’Esquadra que respondan dulcemente aunque les agredan.
Las juventudes independentistas de la CUP acaban de advertir que podrían iniciar campañas violentas, quizás terroristas, para acelerar la independencia. Ante ellos veamos ahora a los exlegionarios y simpatizantes recorriendo Barcelona en defensa de la unidad de España, y gritando “Todo por la Patria”.
Que es lo mismo, debe recordarse, que lo que gritan y exhiben en sus constantes marchas patrióticas los independentistas con banderas esteladas, aunque refiriéndose solamente a Cataluña.
Patria, patria o muerte, o evocaciones similares desde ideologías enfrentadas pueden terminar en choques violentos, y en Cataluña las sangres patrióticas están muy alteradas.
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SALAS