El lunes 8 de diciembre de 1980 (hace 29 años, 9 meses y 8 días) me encontraba estudiando el primer año de preparatoria en Cd. Obregón, a mis 16 años en realidad la música que había escuchado de los Beatles provino de un trabajador de la tortillería de mi abuelo quien en su tocadiscos solía poner por las tardes mientras daba mantenimiento a la maquina de hacer tortillas aquellos discos de vinilo de Apple Records, todo eso en Higuera de Zaragoza, Sinaloa.
Nunca he sido un aficionado serio de la música, así que no eché de menos la partida de John Lennon, en aquellos años la prensa y revistas ayudaron a que lo considerara un ídolo fuera de serie, las canciones que más me gustaban en ese año fueron las de su último disco.
No sopesé tampoco el alcance de un desquiciado mental, quien sin motivo aparente lo acribilló a balazos. Supe que un tal Mark Chapman -el sonriente de la foto de arriba- era esa persona y que lo habían atrapado, el apellido me resultó hasta cierto punto familiar pues en Los Mochis había -o hay- un motel Chapman, supongo que a partir de ese día el nombre fue mala publicidad para ellos.
En el año 2000 este criminal solicitó su libertad condicional y me alegro que se le negara, hoy leo que casi 30 años después de su fechoría se le ha vuelto a negar la libertad, es ya un adulto mayor que no tiene cabida fuera de la cárcel, ¿para que demonios quiere salir? Además el mensaje que se le manda a este tipo de personas es que un momento de locura como el que este tuvo les costará toda su vida en la cárcel.
La foto de a lado es del pasado 28 de julio de 2010, y su entrevista la he leído en El País: “Creí que matando a John Lennon me convertiría en alguien, y en lugar de eso, me convertí en un asesino, y los asesinos no son nadie”. Según expresó Chapman en su entrevista, conocida hoy, eligió matar al ex beatle de entre una lista de famosos como el cómico Johnny Carson o la actriz Elizabeth Taylor.”Tenía una lista de gente y él estaba el primero porque parecía más accesible que los demás”, declaró mientras trataba de obtener su liberación, finalmente denegada.Así que Mark, aprende meditación, yoga o lo que se te ocurra en el reclusorio de Aticca, te quedan varios años más por allí, vaya manera de echar a perder tu vida y quitarle la misma a una persona que ‘su culpa’ fue ser exitoso en el mundo de la música.