Todo se desmorona | Chinua Achebe

Título: Todo se desmorona
Título original: Things fall apart
Autor: Chinua Achebe
Saga o serie: Trilogía africana #1
Año de publicación: 1958
Editorial: DeBolsillo
Nº de páginas: 205

Durante el mes de junio, las protestas por el asesinato de George Floyd pusieron de manifiesto que el racismo sigue siendo un grave problema con el que, por desgracia, no parece que estemos cerca de acabar. Y eso que la solución pasa por alto tan sencillo (y tan complicado a la vez) como la educación. No soy racista, pero sí reconozco que soy ignorante en ciertas cuestiones que son importantes para quienes sufren racismo. Por eso quiero aprender, educarme mejor a mí misma y superar cualquier prejuicio, por pequeño que sea, que me lleve a cometer el error de hacer daño a alguien de un modo racista. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que a través de la literatura?

No tengo mucho conocimiento de la literatura africana, así que me vino muy bien la iniciativa del #blackhistoryjuly del canal de Youtube Trotalibros. Gracias a sus vídeos y a los de quienes se han unido, he podido apuntarme muchas recomendaciones. Y fíjate qué casualidad, que justo unos días después vi este libro entre los ebooks rebajados al 50% en Amazon. Ni planeado, vaya…

Esta es la historia de Okonkwo, un nigeriano perteneciente al pueblo (ficticio) de Umufia, donde está considerado un miembro importante de la comunidad. Esto es así porque Okonkwo es un hombre hecho a sí mismo que se convirtió en campeón de lucha en su juventud. Aunque tiene bastante mal genio, es muy respetado y tiene buena mano con la tierra, por lo que vive una vida acomodada. Sin embargo, todo esto va a cambiar por culpa de un desgraciado accidente. Okonkwo y su familia serán obligados a exiliarse durante un tiempo, que coincidirá con la llegada del hombre blanco, que pondrá su mundo del revés.

Es curioso porque, en otras circunstancias, nunca me habría interesado por esta lectura. No es el tipo de historia que yo suelo leer y reconozco que empecé a leerla con un poco de miedo. Pero ahora tengo que reconocer que me ha gustado. Es un libro interesante porque, en poco más de 200 páginas, abarca toda la vida de un hombre con sus luces y sus sombras. Y además, te muestra un poco de la forma de vida del pueblo igbo, uno de los más numerosos de África y al que pertenecía el autor de este libro.

La única “pega” que le pondría, aunque no sea de gran importancia, es que el accidente, el exilio y lo demás ocurren en la última parte de la historia. Eso no significa que antes no ocurra nada. De hecho, están pasando cosas constantemente, aunque no sea “impactantes”. Supongo que esto tiene mucho que ver con mi desconocimiento de esta cultura. Todo lo que iba leyendo era nuevo para mí y, por tanto, capaz de mantener mi atención. Quizá me habría parecido menos interesante si hubiese leído quince libros antes de este.

Según Goodreads, esta es la primera novela de una trilogía, aunque es perfecta para leerla de forma independiente, ya que la historia tiene un final cerrado. Sin embargo, yo ya tengo el siguiente en la lista de deseos para cuando pueda caer. Y es que, aunque hay cosas que no me han gustado y con las que no puedo estar de acuerdo de lo que es el día a día de la vida de este pueblo (especialmente, lo relacionado con las mujeres), también es verdad que me ha gustado la forma en que el autor va contando la historia. Como digo, se hace entretenida. Eso sí, Okonkwo tiene un carácter que, en ocasiones, se te puede atravesar un poco.

No me he unido a la iniciativa #blackhistoryjuly porque, aunque me parece una gran idea y un buen punto de partida, no quería concentrar las lecturas en un solo mes. Quiero intentar leer algo cada mes, hacer que se convierta en una costumbre más que en un homenaje puntual. Por ejemplo, tengo dos libros libros de Nelson Mandela que pretendo leer en los próximos meses (uno ya lo viste en el book haul de mi cumpleaños y el otro saldrá en el del mes de julio).

Y para cerrar la reseña, quiero hacer una pequeña reflexión con la que no pretendo dar lecciones a nadie (vaya por delante). En estos días en los que tanto hemos hablado de racismo y de la necesidad de acabar con él, todos (o casi todos) los esfuerzos y las miradas se han centrado en el racismo hacia los/as afroamericanos/as. Sin dejar de estar de acuerdo con que no se puede consentir que todas estas personas se enfrenten a la violencia policial y a la discriminación por parte de la sociedad y de las instituciones por su color de piel, quiero decir que el racismo tiene muchas más víctimas. No hay que olvidarse de nadie en esta lucha. Ni de las personas negras (independientemente de su origen, el lugar donde se encuentren ahora, su estatus económico o su situación legal), ni de las personas gitanas, ni de las personas árabes, ni de ningún otro grupo de personas que puedan sufrir este tipo de violencia. Y sí, repito mucho la palabra personas porque, en esencia, eso es lo que somos todos: PERSONAS. Como digo, no pretendo dar lecciones a nadie, solo compartir este pensamiento porque la lucha contra el racismo es una tarea titánica que nadie puede librar solo y en la que, como en muchas otras luchas, nadie debe quedarse atrás.

En resumen…
– Lo mejor -> Me ha demostrado que hay que leer antes de prejuzgar. ¡Ay, qué peligro tienen las zonas de confort!
– Lo peor -> Da un poco (bastante) de rabia leer cómo son las vidas de algunas mujeres en algunos lugares del mundo…
– ¿Lo recomiendo? -> Totalmente.

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