Quizá ya hayas escuchado hablar sobre las maravillas del aceite de coco al comerlo y al ponértelo en la piel, pero en esta ocasión te quiero explicar los beneficios que otorga para tu cabello y, sobre todo, entender por qué este es mucho mejor que otros aceites.
El aceite de coco sirve para dar brillo al cabello, ayuda a desenredar, hace que el cabello sea más fácil de peinar, nutre e hidrata, tiene propiedades antioxidantes, antifúngicas y antibacterianas, por lo que lo hace ideal para usarse contra problemas como la caspa.
Sin embargo, lo que lo hace especial para el cabello es su composición química, tiene un alto contenido de ácido laúrico (más del 40%), el cual es un ácido graso de cadena mediana, no es saturado y tiene bajo peso molecular, estas características en conjunto hacen que sea de los poquísimos aceites que pueden penetrar la cutícula, en lugar de solo lubricar y cubrir el cabello como hacen la mayoría de aceites.
Ahora, ¿Qué importancia tiene que el aceite de coco penetre la cutícula? Pues, previene la pérdida de proteínas y evita que el cabello se dañe y quiebre con facilidad. Esto lo logra debido a que una vez dentro del cabello el ácido laúrico se une a las proteínas y les aumenta su hidrofobicidad (las hace no afines al agua, el agua y las proteínas se repelen), al aumentar la repelencia de las proteínas al agua evita que ocurra la “hinchazón” del tallo que ocurre cuando el cabello absorbe humedad, al no hincharse tanto se reduce el riesgo de que las cutículas se abran y que sea más fácil romperlas, además, al hacer que las proteínas sean menos afines al agua reduce la pérdida de proteínas que ocurre en el cabello por razones como exceso de lavado, cabello dañado, uso de calor, entre otras razones.
Por estas razones es que el aceite de coco es especial, por esa característica única de penetrar la cutícula, lo que conlleva a que evite la pérdida de proteínas del cabello y previene que las cutículas se abran y se dañen.