Revista Coaching

Todo sobre el cáncer de mama

Por Raquelcabalga @RaquelCabalga

cáncer de mamaNunca tendrían que faltar las excusas que nos lleven a crear mayor conciencia sobre enfermedades que necesitan visibilidad o, como en este caso, enfermedades que podemos padecer tanto mujeres como hombres (aunque estos en menor medida) de todo el mundo.

Gracias a la colaboración e información del National Breast Cancer Foundation Inc. voy a poder hablarte de todo aquello que necesitas conocer y comprender para prevenir esta enfermedad: el cáncer de mama.

El cáncer es una clase de enfermedad que se caracteriza por el crecimiento de células anormales que invaden las células sanas del cuerpo y, en este caso concreto, es un crecimiento que da inicio en las células de la mama formando un grupo de células cancerígenas que si no se localizan a tiempo pueden invadir otros tejidos o áreas del cuerpo.

Todo este proceso empieza en las células que son bloques de construcción básicos en la composición de los tejidos. Algunas veces hay crecimientos celulares anormales, otras se forman células nuevas cuando el cuerpo no las necesita y las células más viejas o dañadas no mueren como deberían… Cuando esto pasa hablamos de la formación de un tumor, de un crecimiento anormal. Este tumor puede sufrir desprendimientos celulares que se propaguen a otras partes del cuerpo, ramificándose por vasos sanguíneos y linfáticos, dando lugar a un proceso denominado metástasis. De ahí que sea tan y tan importante un diagnóstico temprano y unas buenas pautas de prevención.

Qué esperar del cáncer de mama

Con la detección temprana y el tratamiento la mayoría de personas sigue una vida normal pero, pese a eso, hay algunos datos que deberías tener en cuenta para empezar a tomarte en serio el tema de la prevención. Solo en Estados Unidos:

  • 1 de cada 8 mujeres será diagnosticada de cáncer de mama durante su vida.
  • El cáncer de mama es el más diagnosticado en mujeres.
  • El cáncer de mama es la segunda causa principal de muerte entre las mujeres.
  • Cada año se estima que más de 220.000 mujeres serán diagnosticadas de cáncer de mama y que, de ellas, más de 40.000 morirán.
  • Aunque el cáncer de mama en los hombres es poco frecuente, se estima que 2.150 hombres serán diagnosticados con cáncer de mama y que aproximadamente 410 morirán cada año.

Da respeto, ¿verdad? A mí me lo da, y más contando que la Organización Mundial de la Salud confirma que el cáncer de mama es el más común entre las mujeres de todo el mundo y que se está cobrando cientos de miles de vidas cada año.

¡Pero hay una buena noticia en todo esto! En los últimos años, coincidiendo con la disminución de la prescripción de la terapia de reemplazo hormonal tras la llegada de la menopausia se ha podido ver una reducción gradual de las tasas de incidencia de cáncer de mama en mujeres de 50 años o más. Eso significa que la detección temprana, el aumento de la concienciación y la mejora de los tratamientos ha posibilitado esa reducción desde 1990.

Cuídate y estarás previniendo

Hay muchas hipótesis sobre lo que puede estar causando semejantes tasas de cáncer pero nos vamos a quedar con la idea de que la mayoría de pacientes nunca sabrá exactamente qué causó su cáncer. Sin embargo, parece que puede existir una combinación de factores genéticos y ambientales o ciertos factores de riesgo establecidos y asociados con el cáncer de mama.

Los factores genéticos

  • Género: el cáncer de mama se produce de forma casi 100 veces más frecuente en mujeres que en hombres.
  • Edad: 2 de cada 3 mujeres con cáncer invasivo son diagnosticadas después de los 55 años de edad.
  • Raza: el cáncer de mama se diagnostica con más frecuencia en mujeres caucásicas que en mujeres de otras razas.
  • Genealogía y genética: si tu madre, hermana, padre o hijo ha sido diagnosticado con cáncer de mama o de ovario puedes tener un mayor riesgo de ser diagnosticado/a con cáncer de mama en el futuro. El riesgo aumenta si un pariente ha sido diagnosticado antes de los 50 años.
  • Antecedentes personales de salud: si te han diagnosticado con cáncer de mama en un pecho tienes mayor riesgo de ser diagnosticado/a con cáncer de mama en el otro pecho en el futuro.
  • Historial menstrual y reproductivo: la menstruación temprana (antes de los 12 años), la menopausia tardía (después de los 55), tener el primer hijo a una edad más avanzada o no haber dado nunca a luz (en el sentido de ser madre, no en el del tipo de parto que tengas) también pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama.
  • Cambios genéticos: las mutaciones de ciertos genes (BRCA1 o BRCA2) pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Esto se determina a través de una prueba genética que podrías considerar hacerte si tienes un historial familiar con cáncer de mama (¿te suena el caso de Angelina Jolie y su mastectomía profiláctica bilateral, verdad?).
  • Densidad del tejido mamario: tener un tejido denso en los senos puede aumentar el riesgo de cáncer de mama y hacer grumos más difíciles de detectar. Varios países han aprobado leyes que obligan a los médicos a informar a las mujeres si su mamografía indica que tienen senos densos para que sean conscientes de este riesgo. Así que… Sin apuro de ningún tipo, pregúntale a tu médico si tienes los senos densos y cuáles son las implicaciones de ello.

Y vamos más allá, porque también hay factores ambientales que están totalmente relacionados con tu estilo de vida, un estilo de vida sobre el que tienes poder de decisión y responsabilidad para incidir:

  • Un estilo de vida sedentario con poca actividad física puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.
  • Una mala alimentación con una dieta alta en grasas saturadas donde además ni hay ni rastro de frutas ni verduras puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.
  • Tener sobrepeso u obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, sobre todo si ya has entrado en la menopausia.
  • El consumo frecuente de alcohol puede aumentar el riesgo de cáncer de mama y cuanto más se bebe mayor es el riesgo.
  • Someterse a radiación en el pecho antes de los 30 años puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer de mama.
  • La terapia de reemplazo hormonal combinada puede aumentar el riesgo de cáncer de mama y también el riesgo de que el cáncer se detecte en una etapa más avanzada y con menos margen de acción.

Si te preguntas si son de fiar estos factores de riesgo… Según dice el mismo National Cancer Institute de la American Cancer Society, entre el 60 y el 70% de personas con cáncer de mama no tiene ninguna conexión con estos factores de riesgo y otras personas con dichos factores de riesgo nunca llegan a desarrollar cáncer. Así que seguimos en el mismo punto, sin saber en qué medida incidirán en nuestra vida pero teniendo muy claro que cuidarnos en todos los aspectos nos ayudará a tener un día a día mejor, más saludable.

Lo que sí está comprobado y confirmado es que:

  • El cáncer de mama no es contagioso, no podemos contraer cáncer por estar en contacto con una persona que sufre dicha enfermedad (parece una tontería pero no todo el mundo tiene claro este hecho).
  • La comunidad científica afirma que el cáncer de mama no es causado por el uso de sujetadores con aros, implantes mamarios, desodorantes, mamografías, cafeína, microondas ni teléfonos o dispositivos móviles.

Autoexamina tus mamas una vez al mes

Para poder prevenir esta enfermedad es importante que conozcas los síntomas y signos relacionados para que puedas acudir a tu facultativo médico en caso de descubrir cualquier tipo de anormalidad. Y es que de la mayoría de las personas que tienen síntomas y signos de cáncer de mama solo una o dos se dará cuenta de su presencia (y encontrar síntomas no siempre significa tener cáncer).

A continuación tienes los síntomas y signos más característicos que debes identificar y comentar a tu médico a la mayor brevedad:

Cambios en la forma de la mama o el pezón

  • Sensibilidad en los pezones, bulto o engrosamiento de la mama o el área de la axila.
  • Cambios en la textura de la piel o ampliación de los poros en la piel de la mama (puede parecerse a la textura de lo que conocemos como “piel de naranja”).
  • Bulto en la mama (no te asustes, aunque todos los bultos deben ser estudiados no significa que todos los bultos sean tumores cancerosos).

Cambios en el aspecto de la mama o el pezón

  • Cualquier cambio inexplicable en el tamaño o la forma del seno.
  • Hoyuelos en cualquier lugar de la mama.
  • Hinchazón y/o contracción inexplicable de la mama (especialmente si es en un solo lado).
  • Asimetría reciente de los senos (aunque es común que las mujeres tengamos un pecho ligeramente más grande que el otro, si el inicio de la asimetría es reciente debe comprobarse).
  • Pezón que se vuelve ligeramente hacia adentro.
  • Piel de la mama, la areola o el pezón escamosa, roja, hinchada o con aristas o picaduras.

Secreciones del pezón: cualquier secreción sanguinolenta o de leche que esté presente cuando una mujer no está amamantando debe ser revisada por un médico, a pesar de que pueda no estar vinculada con el cáncer de mama.

Según el centro Johns Hopkins Medical, “el 40% de los cánceres de mama diagnosticados son detectados por las mujeres que se sienten un bulto, así que el establecimiento de un autoexamen de mama regular es muy importante”.

Un autoexamen al mes te puede ayudar a familiarizarte con tus senos, saber cómo se ven y sienten y advertir a tu médico con la presencia del más mínimo cambio. Y… ¡No es tan complicado ni engorroso como puedas estar pensando! Con estas sencillas indicaciones podrás examinarte rápidamente y sin perder detalle:

  • En la ducha:

Utiliza las yemas de los dedos y muévelas alrededor de toda la mama, realizando un patrón circular en movimiento desde el exterior hacia el interior, comprobando todo el área de la mama y la axila. Cualquier cambio, sensación de bulto, engrosamiento o nudo endurecido tendrá que ser comunicado a tu médico.

  • Frente al espejo:

Inspecciona visualmente tus senos con los brazos a los lados. A continuación, levanta los brazos por encima de la cabeza y busca cualquier cambio en el contorno: hinchazón, hoyuelos en la piel, cambios en los pezones… Descansa las palmas de las manos sobre las caderas y presiona firmemente para flexionar los músculos del pecho: la mama izquierda y derecha no tienen por qué coincidir exactamente pero sí podrás apreciar si aparecen nuevas asimetrías, arrugas, hoyuelos o, simplemente, cambios.

  • Sobre la cama:

Sobre la cama, acostado/a, el tejido mamario se extiende uniformemente a lo largo de la pared torácica. Coloca una almohada debajo del hombro derecho y el brazo derecho detrás de la cabeza. Con la mano izquierda mueve las yemas de los dedos alrededor de tu pecho derecho suavemente, con movimientos circulares pequeños que cubran todas las áreas desde la mama hasta la axila. La presión debe ser delicada pero firme y cubrir también los pezones: apriétalos para comprobar si descarga algún tipo de secreción o grumo. Repite los mismos pasos en el pecho izquierdo.

Ilustración de Ámate Tócate

Ilustración de Ámate Tócate

Si tengo algunos de estos síntomas… ¿Es cáncer?

Los síntomas que te he especificado, muy a menudo, no son debidos a ningún tipo de cáncer pero es importante que consultes por ellos cuanto antes para descartar que lo sea y para recibir el diagnóstico y tratamiento más adecuado para tu dolencia.

De igual forma, si no tienes ningún síntoma puedes estar tranquilo/a pero ello no significa que puedas relajarte y olvidarte de las autoexploraciones mensuales (nadie como tú será capaz de observar algún cambio de un mes a otro) y controles médicos anuales (tu ginecólogo te hará una exploración mamaria y, si es necesario, te solicitará la realización de una mamografía).

Mamografías: ¿qué son y por qué hacerlas?

Una mamografía es una radiografía que permite examinar el tejido mamario para observar o localizar cualquier área sospechosa. Es cierto que nos expone a pequeñas dosis de radiación pero es un método de diagnóstico que permite ver bultos en el pecho antes de que ni se puedan percibir al tacto, también puede mostrar microcalcificaciones…

Cuando se identifica un bulto o una mancha no se puede hablar de cáncer sin examinar la presencia de células anormales ya que podemos estar frente a células grasas, quistes…

Aunque no tengas síntomas ni riesgos asociados al cáncer de mama siempre debes someterte a mamografías regulares para ayudar a detectarlo a la mayor brevedad posible. De hecho, todas las mujeres deberían hacerse una mamografía cada año o dos años siempre que tengan 40 años o más. De igual forma, deben hacerla también las mujeres menores de 40 que tienen factores de riesgo (en ese caso deben consultar a su especialista si son aconsejables y con qué frecuencia).

Si tu mamografía mostrara un área anormal de la mama, tu médico pedirá pruebas complementarias para ver imágenes más claras y detalladas de la zona. Al fin y al cabo, 8 de cada 10 bultos no son cancerosos y sin una ecografía o resonancia magnética no se puede ver si existe una masa sólida frente a la que realizar una biopsia o extracción de células para comprobar la presencia de cáncer.

Reduce tu riesgo de sufrir cáncer de mama

La detección temprana proporciona la mayor posibilidad de éxito tanto en el tratamiento como en la supervivencia. Cuando se detecta cáncer de mama precoz (en estadio localizado) la tasa de supervivencia a 5 años es del 98%.

Tu Plan de Detección Temprana debe incluir:

  • Un autoexamen mensual de las mamas.
  • Un examen anual con tu médico (revisión ginecológica con exploración de las mamas).
  • Mamografía o ecografía pautada periódicamente por tu especialista teniendo en cuenta tu edad y antecedentes de salud.

Raquel Cabalga

Y tú, ¿te tocas lo suficiente?


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