Las estrías son unas marcas que aparecen en la piel en forma de líneas claras. Aparecen en abdomen, muslos, pecho, cadera y glúteos. Cuando son recientes, su aspecto se aprecia más, pero con el tiempo van siendo menos visibles.
Las padecemos las mujeres en mayor proporción, pero también los hombres. Son muy frecuentes en adolescentes debido al crecimiento y el estiramiento de la piel. También son muy frecuentes en el embarazo, especialmente en el tercer trimestre.
Las estrías cambian de apariencia con el tiempo. En un primer momento, aparecen de color rosa, puede ser lineales o como marcas paralelas. Poco a poco se agrandan y se pueden volver de color rojo hasta púrpura, a menudo con una superficie arrugada. Por último, toman un color blanco y una textura ligeramente más plana. Normalmente, tienen un tamaño de entre 1 a 10 milímetros de ancho y varios centímetros de largo.
No son dolorosas ni son síntoma de ninguna enfermedad de la piel, pero a algunas personas les puede preocupar por cuestiones de belleza. Aunque no hay nada que las haga desaparecer, algunos tratamientos pueden conseguir mejorar su apariencia y que sean menos visibles.
Quién puede padecer estrías
Cualquier persona puede desarrollar estrías, pero algunos factores incrementan el riesgo, como ser mujer, la genética (tener un historial personal o familiar de las estrías), estar embarazada, tener sobrepeso u obesidad, ganar o perder peso rápidamente, tomar corticosteroides. También pueden presentar estrías con más probabilidad las personas que padecen algunos síndromes que afectan al metabolismo del cortisol, como el síndrome de Cushing, el síndrome de Marfan o ciertos trastornos genéticos.
Un problema de elasticidad
Como cuando estiras una goma al máximo que ya no es capaz de volver a su forma inicial y se queda arrugada, las estrías, de igual modo, ocurren por un estiramiento de la piel que produce la rotura de las fibras de colágeno y elastina. Su intensidad se ve afectada por varios factores, como la genética, el grado de estrés que sufra la piel, la rapidez del estiramiento, y los niveles de cortisona de nuestro organismo. Y es que la cortisona, una hormona producida por las glándulas suprarrenales, debilita las fibras elásticas de la piel.
Tratamiento para las estrías
Diversos tratamientos y cosméticos se plantean como posible solución a las estrías. También existen algunos métodos preventivos.
Cremas para las estrías: ¿funcionan?
La idea de que se puede prevenir o tratar las estrías con el uso de cremas, aceites o lociones no está respaldado por evidencias sólidas. Tampoco con el masaje.
Aun así, muchas cremas se venden para prevenir o tratar las estrías. Son productos cosméticos a base de grasas como manteca de cacao, y aceites vegetales ricos en ácidos grasos esenciales (por ejemplo ácido linoleico, ácido linolénico). Otros aceites utilizados son el de almendras, de germen de trigo, de rosa mosqueta, de semilla de uva, de onagra, de linaza y un largo etcétera. También se añaden vitamina E o vitamina C.
Sin embargo, como cosméticos que son, no pueden reparar un daño interno de la piel como el que causa las estrías. Pueden dejar la piel hidratada y flexible como con cualquier hidratante o emoliente, y aliviar el picor en el caso del estiramiento de la piel de la zona abdominal en la embarazada. Pero no merece la pena gastarse un dineral en ellas.
Tratamientos médicos: no esperes milagros
Si no te gusta tener estrías, aunque sean inofensivas, antes de lanzarte a un tratamiento, conviene saber que ninguno las elimina por completo y que algunos tienen efectos adversos.
Los tratamientos que sirven para ayudar a mejorar la apariencia y la textura de las estrías son las cremas con retinoides, el láser y la microdermoabrasión. Ninguno ha demostrado ser más consistente o exitoso que otros.
- Cremas con retinoides. Derivados de la vitamina A, los retinoides aplicados sobre la piel pueden mejorar la apariencia de las estrías aparecidas recientemente (en un período de pocos meses). Los derivados de la vitamina A pueden ayudar a reconstruir el colágeno, haciendo que las estrías se parezcan más a la piel normal. Pero pueden tener efectos adversos, ser irritantes para la piel, teniéndose que evitar la exposición al sol. No es una opción recomendable para embarazadas o en lactancia debido a los posibles efectos adversos de la crema, que pueden afectar al bebé.
- Láser. Una variedad de terapias láser están disponibles para ayudar a estimular el crecimiento de colágeno o la elastina en la piel. Entre los efecto adversos está la irritación de la piel y hiperpigmentación de la piel.
- Microdermoabrasión. Este tipo de tratamiento se hace con un dispositivo que mediante microcristales elimina suavemente una fina capa de piel, promoviendo el crecimiento de piel nueva más elástica. Puede irritar la piel, producir enrojecimiento y escozor.
Prevención de las estrías
La mejor manera de reducir la probabilidad de tener estrías es mantener un peso saludable. En el caso del embarazo, en que se aumenta de peso durante un período relativamente corto, hay que evitar aumentar más de lo recomendado y comer bien y hacer ejercicio.
A pesar de las alegaciones que hagan las marcas de cosméticos y de lo agradable que sea darse masajes con las cremas “antiestrías”, como mucho van a ayudar a que la piel esté flexible e hidratada en su parte externa, pero no tienen capacidad preventiva ni reparadora de las estrías, que se forman a un nivel más profundo.