Muchas veces en la vida nos hemos preguntado porqué suceden ciertas cosas, especialmente si son hechos negativos. Reclamamos, pataleamos, nos quejamos ante Dios de por qué nos pasó esto o aquello. Luego, al pasar el tiempo nos damos cuenta que era una experiencia que nos tocaba vivir para que pudiéramos seguir creciendo y aprendiendo, porque de todo lo que nos acontece en la vida podemos sacar una enseñanza, aunque durante el momento en que estemos atravesando la situación estemos totalmente bloqueados y ciegos, e inclusive en un estado de negación absoluta.
La vida nos pone pruebas, y mientras las superamos es que nos damos cuenta de que material estamos hechos, y que tan fuertes somos. Esas pruebas son las que moldean nuestro carácter, nos hacen madurar y crecer, para luego poder enfrentar cualquier reto que se nos ponga enfrente. Al final entendemos porqué tuvimos que atravesar ese camino difícil, y terminamos siendo agradecidos, porque gracias a esas experiencias nos convertimos en mejores seres humanos.
Cuando nos sintamos desfallecer, pensemos que estamos en proceso de convertirnos en un hermoso diamante:
El ser humano es como el carbón, necesita ser sometido a una serie acciones, para convertirse en un bello diamante o ser sólo una brasa más. Anónimo