Cada uno es cofrade a su manera. Cada uno puede vivirlo de una forma particular. En mi caso particular me siento dichoso de respetar a todo el mundo y de vivir mis sentimientos sangristas cada Jueves Santo. Agradezco a toda mi familia que este día que reluce más que el sol sea cada año para recordar.
De un año a otro nunca será igual cada mirada, cada vivencia, cada chicotá, cada esfuerzo, cada abrazo de satisfacción, cada momento, ese beso cómplice...como inexplicable resulta lo que se siente ahí abajo, donde todo tiene explicación.
Salud y sólo salud para los míos para que el año próximo vuelva a sentir que todo tiene explicación.
Andares ya asentados y calados en los cánones de la ortodoxia
Imposible resulta no vivir ni respirar cada minuto ahí abajo como sublime ni sentimentalmente genuino
Imagen que pone los pelos de punta
Mi hermana con el máximo exponente actual y camino de serlo por muchos años mas como Manuel Cuevas
Privilegiados poder estar juntos y tener la salud suficiente como para vivir un año más algo inexplicablemente gratificante
Tres grandes baluartes de nuestra cofradía
Algunos de los muchísimos partícipes de lo que fue toda una devoción derramada en algo mas de 5 horas
...en el relajo de la post cofradía
Simbiosis perfecta de preparativos y trabajo incansable de tantos entes hacen que cada año se vuelva a sembrar la semilla de esa rosa que brota de la sangre derramada del costado del Redentor para llevar esta devoción a todos los rincones posibles.